Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




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Los japoneses tienen mi respeto pero no mi dinero

Caveat emptor. Yumyumanime vende bootlegs y hace su principal negocio con pelí­culas japonesas, luego con anime. Después de tres semanas por fin llegaron Ring 2 y Gojoe, y hasta se me hizo mucho los 15 dólares que pagué por cada uno. Bueno, Gojoe la lleva de rebote. Ring 2 es la que apesta.

Después de la seguridad con la que Hideo Nakata había llevado toda la costura de Ring, algo salió mal en la secuela. Grave, horrible. A lo mejor fue que se espantaron con el recibimiento de la secuela alternativa, Rasen, que tiene su propia suckitude, pero que la verdad al menos tuvo el valor de ser diferente. Ring 2 quiere ser lo mismo pero diferente, y en el estira y afloja les quedó un mugrero. Ahora son menos los que ven el casette, pero son mas lo que hacen chirriar la tele, que pueden hablar con Sadako, y la novia del profe... ¿qué pitos toca? ¿Desde cuándo tení­a poderes? Al final nomás se ve que rascaron un barril que llenó muy bien la primera pelí­cula, pero que no alcanza para una segunda. Y rellenaron con contradicción y media.

Gojoe es caso aparte. No había samurais punk. Sogo Ishii le entró a la épica en serio, como Peter Jackson, guardando las distancias. Lástima que no tenga demasiado... interés la pelí­cula. O no, está interesante, pero no entretiene mucho. La pelí­cula se pasa bastante rápido para durar 2:15, y básicamente se resume a esto: los 3 últimos descendientes de un clan se han convertido en demonios que juran asesinar a 1000 elementos del clan contrario. El puente Gojoe es escenario de la masacre. Un monje del que se dice nació demonio jura matar a los demonios de Gojoe. ¿Por qué? Pues está raro. Al principio dizque por justicia, pero finalmente es una cuestión de demonio a demonio.

Para tener tanto gore (según es la pelí­cula más violenta de Japón), los espadazos están filmados con los pies. Muy cerquita, muy al estilo americano. Por lo demás, y por encimita, hasta podía pasar como esas bellas pelí­culas de Kurosawa, pero, alas, sin nada del fondo. Ah, pero tiene un sonidazo. Cada golpe de espada, un tamborazo en el subwoofer. Nice.

Los dos los venden en Japón sin subtí­tulos por 50 dólares. ¡Ja! De todos modos, me hubiera encabronado con la de Ring 2 aunque la hubiera bajado de Suprnova. Bleh.


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