Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




A+++++++++ WILL MARRY YOU AGAIN!


GUN




Una de los mayores atributos de GUN es su historia, condimentada por excelentes diálogos y actuación de la mejor calidad... pero al mismo tiempo creo que es el elemento que puso en jaque a toda la estructura del juego. Mi mayor queja de los juegos estilo sandbox, como Grand Theft Auto, es que es difícil obtener dirección de su estructura, ya que el "haz lo que quieras, cuando quieras", presentado en esos términos tan generales, no me resulta muy atractivo. La situación ideal de cualquier videojuego es la de mantener un firme control de tus acciones y movimientos al mismo tiempo que conjura la ilusión de que el jugador está en completa libertad. Para esto colocas restricciones y sus correspondientes distracciones, para que el jugador nunca desee hacer algo que no se supone que deba hacer.

La historia de GUN viene a chocar con la estructura del género porque... ¡es muy buena! Es la misma historia de venganza y redención de cientos de westerns, pero la manera en la que están armadas las secuencias de historia y las misiones que de ellas resultan me mantuvieron sumamente interesado hasta el final. Hay traiciones, giros inesperados, urgentes complicaciones, revelaciones... en cuestión de videojuegos, y más en un género que no se caracteriza por el cuidado de sus tramas, fue un detalle por demás bienvenido.
Pero mientras uno sigue la historia, es fácil olvidar que el mundo Gun está poblado de docenas de actividades opcionales que no están ligadas directamente a la trama central. Hay misiones de cacería en las que debes eliminar bestias sólo con arco y flecha, "la manera honorable"; existe un torneo de póker Texas Hold'em; se puede trabajar en un rancho arreando ganado; buscar bandidos para cobrar las recompensa por su cabeza; minar oro en las montañas; proteger y escoltar a ciudadanos en terrenos infestados de indios y maleantes; ser miembro del Pony Express y emprender carreras locas para entregar paquetes urgentes; y tomar empleo como asistente del sheriff y ayudarlo a limpiar las calles de revoltosos.



Todas estas tareas son divertidísimas: me quedo admirado del cuidado con el que Neversoft diseñó estas misiones, ya que hubiera sido de esperarse que alguna de ellas fuera simplemente relleno. Hasta el torneo de póker, para el que siempre he sido un bruto, es muy entretenido. Lo que es mejor, después de que cumples con alguna de estas tareas, tus atributos suben y las armas se van haciendo más potentes, tu personaje se torna más resistente y obtienes dinero para adquirir mejor equipo.

Ahora, ponemos juntos "fabulosas misiones opcionales" con "excelente historia" y tenemos un resultado inesperadamente negativo. Hay un menú en la pantalla de pausa que indica el porcentaje de qué tanto has completado del juego. Mientras seguía la historia, de vez en cuando revisaba el porcentaje y me daba cuenta de lo poco que iba creciendo. "¡Genial!" pensaba "si después de todo este tiempo sólo llevo 48%, esto quiere decir que la historia todavía va para largo". Llegó un momento en el que descubrí que ese porcentaje no representaba lo que yo creía, pues marcaba 55% cuando me enfrentaba a quien, no cabía duda, era el enemigo final. Y mis temores se vieron realizados, pues en cuanto lo liquidé comenzaron a correr los créditos. Cuando terminaron, una pantalla me felicitaba por haber terminado el modo de historia y me informaba que podía explorar a mis anchas el mundo de GUN. Yo me quedé patidifuso.

¿Qué había pasado? Nada, que la misiones opcionales eran literalmente eso, opcionales. El juego rara vez me animó a dejar de seguir la historia para ocuparme del Pony Express o trabajar en el rancho... y con esto no me refiero a un letrero que me diga "STORY CLOSED FOR TODAY. GO DO OTHER STUFF". Pese a todas las ventajas que trae cumplir estas misiones, fue rara la ocasión en la que sentí que necesitara subir mis atributos para poder avanzar en el juego. Sólo hubo dos ocasiones en las que descubrí que no me hubiera estorbado tener un rifle más potente o tener más resistencia a los balazos e, ironía de las ironías, en ambas ocasiones me encontraba en situaciones que no me permitían ir al pueblo a defender su prostíbulo, por ejemplo. Al final tuve que vencer a esos dos enemigos a la antigua, con mucha paciencia, buenos reflejos y descifrando los patrones bajo los que operaban. Incluso enfrentarlos así fue divertido, lo que disminuyó todavía más cualquier urgencia que tuviera por ganar más fuerza y dinero.

Y vaya, no tenía que ser así, porque GUN no es un RPG. Los RPG te ponen paredes que no puedes escalar con simple habilidad, sino que tienes que soportar horas de tediosas luchas para lograr los atributos que te permiten sortear el obstáculo. GUN debería tener este tipo de barreras, porque lo que tendrías que hacer para conquistarlas es tremendamente disfrutable. Yo sólo me di cuenta de esto hasta que terminé el modo de historia y, por no dejar, comencé a hacer todas esas misiones que había ignorado hasta ese entonces... y me la pasé de lo mejor cumpliendo todas y cada una de ellas. Ver cómo mi personaje se hacía más rápido y más fuerte era una delicia también, porque si bien hubo momentos durante la historia donde tenía que recurrir a esconderme y contar mis balas, después de subir varios atributos, con un sólo disparo de mi rifle podía lanzar de sus caballos a un villano y con la fuerza del impacto dejarlo embarrado contra las rocas.



¿Saben cómo son algunos juegos, particularmente los de Rare, que también utilizan porcentajes para medir qué tanto has completado del juego? Siempre detesté la manera en la que apelaban a los peores instintos obsesivo-compulsivos de muchos jugadores, al colocar miles de triques inútiles en lugares inaccesibles del juego, y si no coleccionabas todas y cada uno de esas estúpidas monedas/calabazas/estrellas/whatever te torturaban con un sucio 98% o algo así. GUN es maravilloso en ese respecto. Por primera vez disfruté sacándole el 100% a un juego, lo exprimí con gusto hasta la última gota, mucho después de que mi "obligación oficial" con el juego hubiera terminado.

Cuando logré ese 100%, y me dieron los dos súper extras que prácticamente me hacían invencible, me sentí bien triste. Ya no había nada por hacer: sólo pasear por el desierto, con tremendo cañón y nadie a quién dispararle. Es un sentimiento que cualquiera que haya jugado los niveles sin límite de tiempo de Katamari Damacy llega a experimentar: el vacío de ya no tener más montañas que escalar ni más enemigos que derrotar... sólo la soledad de quien ha vencido todos sus obstáculos.

Realmente me hubiera gustado que GUN hubiera estudiado un poco la excelente estructura de Mercenaries, mi juego sandbox favorito. En el juego de Pandemic, el objetivo principal es desbaratar toda la milicia que tiene en jaque a Corea del Norte, por lo que es prioritario ir cazando a sus elementos jerárquicamente, desde los peones hasta los generales más pesados. He aquí lo brillante de Mercenaries: para localizar a estos militares, es necesaria inteligencia que se encuentra en manos de las facciones que se disputan el suelo norcoreano: China, Corea del Sur, las Naciones Unidas y la mafia rusa. Así, el juego te anima a realizar trabajos para alguno de estos distintos bandos (usualmente atacando a alguno de los otros) para que esta información te sea liberada y prosigas tu cacería. Mercenaries es un juego tan bueno que esto jamás se siente como una limitante o una obligación, sino todo lo contrario: a veces me divertía tanto bombardeando chinos y ejecutando espías surcoreanos que dejaba pasar mucho tiempo antes de que prosiguiera mi misión principal.



Eso es justo lo que hubiera pasado con GUN: yo no hubiera puesto objeciones si la historia en varios puntos requiriera que me ocupara de varias tareas secundarias. Pequeños obstáculos que me hagan disfrutar el placer de vencerlos después de un poco de trabajo, eso es todo. Aunque el juego es genial así cómo está, lo único que le faltó para unir orgánicamente su excelente historia con sus divertidísimas misiones opcionales era el ofrecerle al jugador la oportunidad de realizar un trabajo disfrutable para ganarse su recompensa. Muy en el fondo, es lo que todo ser humano decente desea, creo yo.
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100


1. Me gustan las buffalo wings. Desde las más deliciosas del Chili's hasta las más sencillas del HEB.

2. Mi compositor favorito es Antonio Vivaldi. Mi pieza favorita es el segundo movimiento (Andante) del Concierto RV 583 para violín y doble orquesta, que puede obtenerse aquí.

3. No tengo un libro favorito. Me han gustado muchos libros, o partes de ellos, pero es fecha que no me he topado con uno que me hable directamente a mí, que me haga decir "éste es MI libro".

4. Mi musical favorito es Les Miserables.

5. La fruta que menos me gusta es la papaya.


6. Me gustan en igual medida los perros y los gatos. En términos de compañía tienen fines muy diferentes.

7. Estoy a favor de la educación, pero detesto la escuela.

8. Beatles > Elvis

9. La disciplina y la responsabilidad son los valores más incomprendidos.

10. Esta lista contiene todas las películas que tengo en dvd. Da una idea de lo que me gusta, creo.

11. Cansado de esperar el lanzamiento del Nintendo 64, me interesé en el Playstation, eventualmente lo suficiente como para cambiar al bando de Sony. Si el 64 hubiera salido a tiempo, quizá mi formación como jugador sería totalmente distinta hoy en día.

12. Soy aficionado a la animación de principios del siglo pasado.

13. Me gusta ver televisión. La gente que le llama "caja idiota" es gente sin criterio.

14. Hasta el año pasado, Final Fantasy III era mi juego favorito de todos los tiempos.

15. Los escritores contemporáneos que más me han impactado son Eric-Jon Rössell Waugh y Tim Rogers, aunque más de la mitad de las veces me descubro en desacuerdo con lo que escriben.

16. En cuestión de música clásica, mi periodo favorito es el Barroco.

17. Mi luchador favorito es Jeff Hardy.

18. Cuando era niño me cayó una estufa encima. Estaba jugando en el patio y metí el cuerpo al horno sin puerta de una estufa descompuesta, y al apalancarme de la parte superior la estufa cayó sobre mi cuerpo dejando sólo la cabeza al descubierto. Lo que más recuerdo es el silencio que le siguió al golpe, la luz del sol que se filtraba entre las ramas de los árboles y el olor de las hojas secas en el suelo. Cuando por fin me di cuenta de la situación, comencé a gritar...

19. No tomo.

20. Me gusta mucho el diseño original de Mickey Mouse, así como todos sus cortos en blanco y negro. En cuanto se volvió ícono y lo rediseñaron, enterraron al personaje.

21. Sólo tomo Coca Cola (o cualquier otro refreso) con alimentos... de hecho es casi obligatoria la coca a la hora de comer. Pero sola me parece muy desagradable.

22. El Dreamcast de Sega es mi consola favorita.

23. Mi programa favorito de TV es Mystery Science Theater 3000.

24. Mi sit-com favorito es Arrested Development. Newsradio le sigue muy cerca, aunque sólo dos de sus temporadas son verdaderamente brillantes.

25. Sufro de dos enfermedades que atacan gravemente a los bolsillos: audiofilia y videofilia. El aguinaldo de un año me lo gasté en una TV; el del siguiente, en un subwoofer.

26. No me es fácil prestar las cosas.

27. Me gustan los ositos y gusanos de gomitas. Los dinosaurios no.

28. Hubo una época en la que me gustó el anime en general. Hoy en día soy terriblemente selectivo y las obras que me gustan las puedo contar con una mano.

29. Soy agnóstico.

30. Nunca me han atraído los automóviles, ni para jugar, ni por su tecnología, ni para tener uno. Me son indiferentes.

31. No fumo.

32. Hablo dormido.

33. No me gustan las mujeres muy delgadas.

34. El primer cassette que compré fue Nevermind, de Nirvana. Originalmente entré a la tienda a comprar Fear of the Dark, de Iron Maiden, pero no lo tenían.

35. Me gusta la leche de chocolate, o como siempre le he dicho, "el Quick". Toda la vida lo he tomado.

36. Las... dos, tres películas que están en la cima de mi lista de cintas favoritas, están ahí porque me cambiaron como persona, y mi manera de ver el mundo ha sido distinta después de verlas. Así es como mido yo el valor artístico del cine.

37. Al momento de escribir esto tengo 93 juegos originales. Salvo un par de ellos, todos los escogí con mucho cuidado, todos me gustan mucho y juntos pintan un cuadro de mis gustos en cuestión de videojuegos.

38. Nunca me he drogado.

39. A veces siento que mi cabello no va conmigo.

40. Musicalmente he tenido cinco fases "clave", que abarcan de los 13 a los 22 años: Iron Maiden, U2, Smashing Pumpkins, Pink Floyd y X Japan.


41. El "Swanton Bomb" es una metáfora de cómo quisiera vivir mi vida.

42. Siempre quise aprender a tocar el piano.

43. Considero a Trey Parker el Jonathan Swift de mi generación.

44. No me río cuando alguien empieza a hablar de vidas pasadas, porque recuerdo vívidamente un par de cosas que estoy seguro jamás haber vivido.

45. Mi superhéroe favorito es Spider-man.

46. Tengo una resistencia increíble al alcohol. Quizá por eso no me gusta: tomo y tomo y mientras todos se andan cayendo, yo a lo mucho sólo siento un dolor de cabeza.

47. Físicamente, en lo primero que me fijo en una mujer es en... la nariz. Me gustan las narices pequeñas.

48. Me gusta el olor de una parrilla a la que recién le han pasado la cebolla encima.

49. Cuando estornudo, lo hago a lo grande. Una vez traté de estornudar lo mas quedito posible y casi me estallan los pulmones.

50. Aunque tengo buen sentido del humor, muy pocas cosas me hacen reír.

51. Me gusta el olor de las bibliotecas pero no me gusta leer o trabajar en ellas.

52. Mi serie de ciencia ficción favorita es Farscape.

53. Pagaría por escuchar a Sara hablar.

54. Mi especialidad de licenciatura es Periodismo. El periodismo en México es un chiste.

55. Salgo bien mal en 90% de las fotos. O a lo mejor nomás soy feo.

56. Pienso que el mexicano nace con una disposición a la mediocridad, y debe luchar el doble de lo que un humano común para llevar una vida plena y con la consciencia tranquila.

57. Mi minisiere favorita es Paranoia Agent.

58. Me gustan las paletas de hielo sabor limón, y la nieve de fresa y chocolate.

59. Deseo que la canción de mi funeral sea "Tears" de X Japan.

60. Mi temperatura corporal es muy alta, todo el tiempo. Cuando a Sara le basta con el abanico, yo necesito prender el clima.

61. Boxer-briefs, fácil.

62. Me irritan mucho conceptos como "blogósfera" y "blogger". El blog es una herramienta, un espacio nada más, no una identidad en sí. Es como si por usar las piernas nos empezáramos a llamar "piernistas". Lo importante es el mensaje, no el medio.

63. La política me aburre muchísimo.

64. El primer juego que terminé fue un maravilloso clon de Super Mario Bros. llamado The Great Giana Sisters, en la Commodore 64.

65. Cuando tenía 17 años me impuse una loca regla: si al ver a los ojos de la chica que me gustaba no podía verme despertando a su lado 20 años después, estaba perdiendo mi tiempo con ella. Pensar así acabó rindiendo frutos a lo grande.

66. Me gusta mucho el concepto original de Big Brother. Lástima que en México lo hayan malinterpretado de manera tan brutal.

67. El cine mexicano contemporáneo me parece repugnante.

68. Mi autor de ciencia ficción favorito es Frederic Brown.

69. Disfruto mucho la comedia de Chespirito, aunque prefiero más sus primeros años. Entiendo por qué a mucha gente no le gusta: si pasaran los mismos episodios de Monty Pyton's Flying Circus tres horas diarias por 20 años también acabarían odiándolos.

70. La película que más miedo me ha dado es The Eye.

71. Nunca me he roto un hueso ni me he enfermado de gravedad. A ver si no le echo la sal.

72. Detesto las cucarachas.

73. Cada vez me llama menos la atención el cine arthouse.

74. Hay veces en las que no necesito algo, pero algo me recuerda que lo tengo. Digamos, un libro. No quiero leerlo, pero quiero saber dónde está. Si no está a la vista, lo busco, y si no sale pronto, volteo la casa patas arriba tratando de encontrarlo. Tres horas después lo encuentro, y lo único que saco de eso es paz interior, porque la verdad no tenía ganas de leerlo: sólo quería saber dónde estaba.

75. Subscribirme a unas revistas americanas fue una experiencia desastrosa que duró todo un miserable año. Me curó de querer siquiera comprar una revista otra vez por lo que me queda de vida.

76. Actualmente, mi caricatura favorita es South Park. De todos los tiempos: The Real Ghostbusters.

77. Me encanta ir al lecho del río Santa Catarina, bajo el Puente del Papa, a buscar juguetes o curiosidades usadas. Hubo ocasiones en las que entraba nada más a curiosear y salía con mil pesos menos y un montón de triques. Ya no lo hago tanto últimamente.

78. Desearía que enseñaran empatía en la escuela. La gente se muere de vieja sin saber qué es eso.

79. Mi primer CD fue Aerosmith Greatest Hits 2.

80. Una vez, en la secundaria, golpeé a un niño inocente en el estómago, creyendo que él era otra persona.

81. Mi pastel favorito es el pay de queso con fresa. El que menos me gusta es el de tres leches.

82. Primero la técnica, luego la pasión. Siempre, en todo. No veo cómo alguien pueda comunicar verdadera pasión sin dominar la técnica, de todos modos.

83. Me desagrada la gente que ve al cine como actividad social.

84. No se bailar.

85. Me gusta la Navidad pero ya ni se por qué.

86. Las pin-up girls de los años cuarenta son mi prototipo ideal de belleza femenina. Y no necesariamente por la voluptuosidad, sino por sus rasgos delicados, su feminidad y por el hecho de que al menos tienen carne en los huesos. No que lo que gusta ahora, geez.

87. Esta máxima del Dr. Seuss me agrada porque lo dice todo: "Do what you want and say what you will, because those that matter don't mind, and those that mind don't matter".

88. Mis tiras cómicas favoritas son Calvin & Hobbes y The Perry Bible Fellowship.

89. Cuando estaba bien chiquillo, de grande quería inventar robots, tipo Mazinger Z.

90. Hay dos valores que aprecio más que nada en una persona. Uno es la humildad. Nada me aleja más de una persona que su soberbia y presunción.

91. El otro valor es la sinceridad. Suena bonito, la sinceridad es un valor muy importante, bla, bla, NO: me enfurece cuando la gente me miente. Respeto más a la gente que me dice directamente que no está de acuerdo conmigo que aquella que trata de caer bien y me dice lo que supuestamente quiero escuchar. Es por eso que no tengo un círculo muy grande de amigos: por la tremenda falsedad con la que tanta gente carga en aras de agradarle a los demás y ser aceptados. Me hierve la sangre enfrente de tales personas, expertas en ponerse la máscara para que te hagas una idea favorecedora pero errónea de ellas. Y por eso admiro a la gente que no le importa perder amigos o ser impopular por mantenerse fiel a si mismo.

92. Todas mis consolas han sido regalos, salvo las últimas dos, el Gamecube y el Playstation 2. Ambas las compré a cómodos plazos en Liverpool. Esto de hacerse adulto es bien chistoso.

93. Me rehúso a hacer las cosas "por compromiso".

94. Hace poco entré a un concurso nacional de cuento. No gané, ni siquiera obtuve mención honorífica. Pero el hecho de que pude terminar el cuento y enviarlo fue un tremendo logro personal y quedé muy satisfecho con la experiencia. Si se vuelve a presentar la oportunidad lo intentaré de nuevo.

95. Me di cuenta de que me encantaba Sentenced dos días después de que se presentaron en Monterrey en su gira de despedida. D'oh!

96. Hace un par de años me hubiera parecido estúpido pagar por un servicio en línea. Y ahora ando bien feliz con el Usenet, pagando por Rifftrax y considerando por primera vez el subscribirme a una página web de paga.

97. Le debo a mi papá el haberme presentado el mundo de los videojuegos. Desde que llevó a la casa la computadora Commodore 64 cuando yo tenía siete años, pasando por mi primer videojuego (KINDER, un juego educativo en cinta), y por los cientos de juegos que llegamos a conseguir en aquel misterioso "club", yo ya no di marcha atrás. Me enorgullece mucho ser de la generación a la que le tocó ver nacer a la industria de los videojuegos y crecer junto a ella. A mi papá se le pasó la novedad después de un par años, pero yo quedaría enganchado para siempre.

98. No me gustan los teléfonos celulares, y sólo tengo uno bien sencillo para cuando necesito comunicarme con Sara.

99. Me gusta dormir mucho: es uno de los pocos placeres gratuitos. Pero al mismo tiempo, después de una satisfactoria sesión de sueño, siento que he desperdiciado demasiadas horas. Si no duermo lo suficiente, no estaré de ánimos para hacer nada. Si duermo demasiado, no tendré tiempo para hacer nada. Dilema.

100. Pese a que tengo recuerdos muy amargos de la carrera en el Tec, al final gracias a ella obtuve mucho más que lo que cualquier graduado normal: una alma gemela. Así que no, no me arrepiento de nada.
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