Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




What I've been up to

Languideciendo en un cuarto oscuro jugando Silent Hill 3, viendo películas viejas y episodios de Mystery Science Theater 3000. Últimamente todo lo que escribo en Internet se puede encontrar en los foros de Insert Credit, en particular explicando mi muy personal desagrado hacia Grand Theft Auto III/VC. Espero pacientemente un muy simbólico día de paga, y mis días se ven arruinados constantemente gracias a un insomnio que me permite dormir tres horas en la mañana y las que pueda en la tarde. Mis nuevos Choco-Krispis me tientan a escribir una historia que me puede ganar un segundo Xbox. "Una mañana, al despertar, Melvin descubre que se ha convertido en un enorme humano." Fácil.

Shock, shock, he empezado a leer manga de nuevo. Las historias siguen siendo tan estúpidas que cuando dejé de leerlos, hastiado, pero no puedo dejar de apreciar el increíble arte que se ha producido en el campo en los últimos años. Para colgar en la pared, algunas ilustraciones.

Hey, me caso en un par de meses, puede que deba empezar a ponerle más atención a eso. Je, es broma, ya tenemos casi todo listo.

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Y el tema de esta mañana de insomnio es

La verdad, no sé.

Aparte de lograr una detallada disección de por qué Los Simpsons ya no tienen razón de existir, toda la mañana me la pasé hilando las primeras frases que se me venían a la mente, mientras succionaba sangre de las encías. "La carrera de las luciérnagas", título. La primera frase: "Siempre he querido hacerle el amor a una chica de cabello rosa, y sentirme menos humano por ello". Le busqué varias combinaciones a la frase, sientiendo que en inglés sonaba mejor, pero finalmente decidí que sólo así se mantenía el sentido. Quien lo decía era un hombre acostado en su cama, y era lo primero que se le venía a la mente al despertar. Resultaba ser un tipo al que le desagradaba lo común y corriente en las personas, y sólo se sentía atraído por las chicas de atuendo excéntrico.

Me enoja recordarlo. Es hecho comprobado que, entre más piense, menores son las posibilidades de que me duerma.

Luego, se me ocurrió una versión de Lassie, en la que un perrote encuentra mucha resistencia cuando emprende un viaje para reunirse con su amo. La travesía se vuelve violenta y el emotivo encuentro final entre el viejo y su can se ve enmarcado por sirenas y patrullas. Me gustó la imagen de la bestia lamiendo la mano de su dueño, con un hocico pegajoso de sangre seca.

Now put these babies to sleep.
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Tuff Enuff

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Éjele

Tengo que ver ese remake de Dawn of the Dead. ¿Cómo que zombies corriendo? ¿Y el rigor mortis? Digo, no es que en los sesentas y setentas fueran lentos porque sí... eran una amenaza lenta pero numerosa. Como que me late que Danny Boyle tuvo que ver. Me da mucha curiosidad.
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Zuck

Esa canción de Zoe, "Love", que pasan a cada rato en MTV... la detesto. Van varios días seguidos que la alarma de la tele se prende justo cuando está comenzando ese video. Como nunca encuentro el control de inmediato, me toca sentarme en la cama, gruñón, escuchando ese bodrio. A mi hermana menor le encanta, y le gusta subirle al volumen cada que aparece en la tele. Le digo, "si quieres te presto cualquier disco de los Beatles, ¿para qué te conformas con una versión remojada y sin chiste de sus rolas más planas?", pero no me escucha por el escandalazo que tiene.

La primera vez que escuché que existía un grupo mexicano cantando una canción llamada "Love", pensé que habíamos vuelto a esa bonita época en la que Ritmo Peligroso se llamaba Dangerous Rythm. En un programa especial de MTV, (creo que se llamaba "50 años de Rocken tu idioma"... aunque la verdad parecen 200 y todavía no sale nada bueno), el cantante de Ritmo Peligroso se ponía todo defensivo ante la pegunta de por qué, en sus inicios, cantaban puras canciones en inglés. Decía "es que todo mundo lo hacía", y era cierto. Ya ven al Tri. Pero la verdad no tienen porque justificarse de nada: el español es un idioma muy torpe para la música. Es infinitamente más fácil escribir una buena canción en inglés.

Pero las medias tintas de "Love" me desesperan. O las canciones de Kinky. Si quieren pegar en Estados Unidos, ¿porqué no lo cantan todo en inglés? ¿Qué más da, la verdad? "On time" es un tema universal, y está difícil saber que Sussie 4 son en realidad mexicanos. No les quita ningún mérito.
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Sombra y lluvia



Insomnio, de nuevo. Desde hace varias horas me duele la cabeza, y he entrado a ese peligroso estado en el que pienso que el aburrimiento sólo me lo puedo sacudir con comida. Y ese es un vórtice en el que no quiero volver a entrar.

Igual, no puedo dormir. En parte es mi culpa. Llegando del trabajo me puse a ver el documental de Alain Resnasis sobre el Holocausto, pensando que después de sus cortos 30 minutos me podría ir a dormir en seguida. Si hubiera estado borracho, me hubiera puesto sobrio. Me quitó el sueño completamente. Me dan ganas de prestárselo a esta chica, una amiga de Sara, que muy inocentemente declaró su convicción de que Hitler no se merece tanta crítica. Que ella lo admiraba. Yo soy la persona que se sabe mas chistes sobre Nazis, pero vaya... Recuerdo que en ese entonces, pensé escribir sobre cómo para evitar ese tipo de resbalones, eso te lo enseñan en la escuela. Pero me di cuenta de que no es cierto. El maestro Joaquín Lozano de Historia Mundial del Siglo XX, en la Prepa Tec, profundizó todo lo que pudo sobre causas y efectos de la Segunda Guerra Mundial (y reprobó a media clase, de paso) pero en ningún momento mencionó el alcance de la destrucción nazi fuera de fechas, lugares y cifras.

Tampoco es que Nuit et brouillard sea un documental de culto, o desconocido, pero lo cierto es que hasta hace poco sólo me contentaba con leer libros sobre el tema, y contemplar largamente las fotografías. La verdad, no se necesitaba mucho para convencerme. ¿No creerme el Holocausto y optar mejor por la teoría de la conspiración judía? Bueno, no sé, todo puede pasar, pero siempre estuve seguro de lo que era más fácil de creer. Lo maravillosamente brutal de esos treinta minutos que dura el documental es el tono. Nunca fluctúa, ni aunque el contenido vaya en aumento emocional. A medio filme, pensé que era un documental muy cuidado, sanitizado, casi de escuela. Nada que la gente no hubiese visto en La Vida es Bella. Pero luego empezaban a mostrar, sin que el narrador dejara ese mismo tono entre melancólico y clínico, imágenes... y grabaciones que nunca había visto. Cosas macabras, una más fuerte que la otra.

Me sentí como un niño que ha visto suficiente sexo sugerido en tv abierta, y que de pronto ve por primera vez una cinta hardcore. Que no es un sentimiento que me sea ajeno, porque la primer cinta de sexo sin censura que vi fue una película XXXXX. Animal Lovers 2, se llama. En retrospectiva, creo que manejé bien el haber ido de 0 a 100 en hora y media. Cualquiera diría que la experiencia me hubiera dejado marcado de por vida. Pero no, a veces simplemente recuerdo todos los chistes que Fer y yo contamos mientras la veíamos. Las películas porno siempre han sido material de comedia para nosotros, y poco más.

Noche y niebla me dejó algunas imágenes, sin embargo. Pensaba, mientras la veía, que he visto cosas peores en otras películas gore. Pero luego recuerdo que se trata de grabaciones reales, con gente de verdad... y me desarmo.

Ahora que ha estado lloviendo muy fuerte (que yo ni me entero, me la paso dormido casi toda la tarde), en lo que estaba en la cama tratando de dormir recordé la última vez que llovió tanto que la ciudad entera se paralizó: 11 de septiembre del 2001. Los avionazos de las Torres Gemelas para muchos era un asunto secundario al tremendo diluvio que se nos había venido encima, con eso de que el agua se estaba metiendo a nuestras casas y nadie estaba yendo a la escuela o a trabajar. Simplemente, para transitar la ciudad había que andar en lancha de motor. Todos estábamos en nuestras casitas, pendientes de si iban a cerrar las escuelas o no. Una práctica, por cierto, que no ha caído en desuso, pese a que ya llevan un par de años diciendo que las escuelas nunca van a cerrar, sea cual fuere el estado meteorológico, que era decisión de los padres mandar a la escuela a sus hijos o no. Pero ahí los tienen, todavía inundando a los noticieros con llamadas preguntando si van a suspender las clases.

La noche anterior yo había ido a trabajar. Era cuando todavía me movía en bicicleta, antes de que nos la robaran. Cuando salí del Portal, la bicicleta estaba sumergida hasta la mitad de las llantas. De todos modos quise navegar pedaleando, y justo al llegar a la estación de autobuses que está cruzando la calle, la bicicleta topó con algo y salí disparado hacia el frente. Había chocado contra un pedazo de banqueta que no pude ver porque había quedado completamente sumergido bajo el agua.

Fue entonces que decidí llamar a Sara, para decirle que no pasara por mi para ir al Tec, que se quedara en su casa. Ella no me creía la gravedad del asunto. Juraba que había visto peores, que no era para tanto. Yo le insistí, que al menos se fijara en las noticias para que viera las inundaciones que ya se habían formado en esta ciudad mal diseñada. Resultado: los dos nos quedamos en nuestras casas, a sacar el agua que se estaba metiendo, y a poner cubetas bajo las goteras.

Todavía tengo un recuerdo de eso, y es que no me di cuenta que había una gotera justo encima de mi magra colección de vinilos. Por ahí arrumbado está un cartón desteñido con la foto de una vaca, que alguna vez le sirvió de casa al Atom Heart Mother de Pink Floyd.

Para mi buena fortuna, tenía varias provisiones para distanciarme de una televisión que sólo mostraba un avión encrustándose en un edificio (y en el Pentágono, ¿pero quién se acuerda de eso?), Monterrey sumergido, o estática. Sara me había prestado unos dvds chinos piratas que su papá había traído de Singapur. Si mal no recuerdo, eran The Cell, The Rock, American Beauty, Die Hard 1, 2 y 3, y Entrapment. Vi The Cell, que me unió a la orgullosa minoría de personas que piensan que es una cinta bastante genial, y American Beauty. Este último dvd era dinamita. Tenía varias opciones de subtitulaje, y la de inglés estaba de campeonato. A lo mucho, lo mejor que puedo decir de esos subtítulos es que, en efecto, eran palabras en inglés. Pero más que nada eran construcciones sin sentido hechas con palabras al azar. Algo así: "My dad thinks I paid for all this with catering jobs" salía subtitulado así: "Cauldron balloon in cloud golden is clown the master spoon". A ver si pronto le puedo sacar fotos, para que se rían un rato.

Parece que ya no va a llover hoy... al menos es la primera mañana soleada que tenemos en varios días. La verdad, no crean nada sobre la lluvia en Monterrey si viene de boca de un regio. En esta ciudad da igual si llueve agua o ranas carnívoras: el resultado es el mismo. Nunca estamos listos, la ciudad no se da abasto y siempre hay cientos de choques y docenas de gente se queda sin casa. Pero es que exageramos.

Siento que me va a explotar la nuca. Ayer dormí tan rico por el clima tan fresco, pero hoy amenaza con volver el calor que sólo contribuye a que esté con el ojo pelón. Tengo que comprar más cartulina negra para las ventanas; algunos pliegos ya se están cayendo, y la luz comienza a filtrarse...
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No hay derecho

Uno como Editor Nocturno hace bien su trabajo, es cuidadoso, deja todo bien limpiecito y ordenado... para luego regresar y ver el tiradero que dejaron los del turno del día:

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As if!

Cuando era un adolescente, leí que Stephen King llamaba a su propia aflicción "elefantiasis literaria". Una bonita manera de expresar que a veces no puede dejar de escribir, y sus textos se alargan más de lo debido. En algún momento pude usar ese mismo término para mí mismo, hasta que Jeremy Parish (si no lo conocen, no importa) se quejó de que IGN padecía de "text diarrhea". Ahora siempre trato de recordar el prosaico término, cuando me siento tentado a sentir orgullo por escribir posts tan extensos, aunque sea en intervalos irregulares. Es mejor tener el miedo siempre presente. Cada palabra de más, la amenaza de que un día voy a descubrir sangre en el papel higiénico.
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Return of the Street Fighter


De no ser por Get Carter y The Street Fighter, le daría mi voto completo a la década de los setenta como la más embarazosa de los últimos tiempos. Como diría Kent Brockman: "What a shrill, pointless decade". Y no, los ochenta son brutales en cuanto a descuartizar el buen gusto se refiere, pero se salvan porque produjeron algunas de las mejores piezas de arte undergound que haya conocido (aunque aquí estoy hablando más que nada de cine). Los setentas simplemente me parecen una época asquerosa, en la que los baby boomers trataron de que su generación fuera la última. Luego en los ochenta tuvimos que recoger los pedazos.

Quizá sólo sea que me caen mal los hippies.

Por eso no puedo dejar de ver a Sonny Chiba en The Street Fighter como una flor en el desierto... una flor mata-hippies... destroza-cráneos... arranca-testículos... Los más jóvenes lo habrán visto en Kill Bill, en un rol muy digno casi idéntico al de Lord Conquer en la fantasía de 1998 The Storm Riders. Pero no, EL Chiba es aquél que acabó con su rival apretándole el pescuezo, no para asfixiarlo, sino para quedarse con un pedazo en la mano. Un pedazo de cuello.

Return of the Street Fighter marca el regreso del personaje Takuma (Terry) Tsurugi, un asesino a sueldo famoso por su eficacia y brutalidad. La cinta abre de una manera mucho más vertiginosa que la original (los karatazos comienzan hasta muy tarde en The Street Fighter): a Tsurugi le han encomendado ir detrás de dos pillos que se han metido con un empresario. Uno le robó una estatua de oro, y el otro está bajo custodia de la policía, por lo que es necesario que lo silencie antes de que suelte la sopa sobre los negocios turbios de su cliente.

Terry arma destrozos a alta velocidad en una motocicleta, hasta que por fin se deja atrapar por la policía. Ya dentro del cuartel, identifica el lugar donde tienen detenido al soplón, para después comenzar a repartir patadas entre su escolta, destruir la puerta del cuarto en cuestión y proceder a destruir a todos los presentes ... con sus manos esposadas. Terry rápidamente se lanza sobre el detenido (¡que uno sabe que ya estaba dispuesto a hablar!) y le encaja dos dedos en la garganta. Ya que le destrozó las cuerdas vocales, le da varias patadas a la pared del cuarto de interrogación y la tira, para después lanzarse un par de pisos abajo y caer sobre el techo de un automóvil. Su adorable asistente (Yoki Ichiji, ni idea) lo espera en un auto y juntos emprenden la huída. Ahora, a por el otro...

Después de despacharse al segundo blanco, la película se detienen en un bache muy extraño. Por alguna razón, a los realizadores de la cinta les dio por presentar largas secuencias de entrenamiento de artes marciales, con todo y titulitos para explicar qué era cada cosa. Desde ejercicios de respiración, hasta demostraciones de romper ladrillos de un solo golpe, pasando también por todo un arsenal de armas. La inclusión de estas escenas luego se explica medianamente, ya que es Terry quien tiene que enfrentarse a cada una de las disciplinas mostradas.

La verdad, no era para tanto. Afortunadamente, la película se recupera después de esto y no para hasta el final.

En esta secuela, Terry es un hombre cambiado, podría decirse. Atrás han quedado los gestos exagerados que anclaban a Sonny como un posible sucesor más de Bruce Lee, y ahora es un hombre más salvaje en sus acciones que en sus actitudes. Hasta ha desarrollado principios; principios que obviamente se ponen en su contra cuando se entrometen con su trabajo de asesino a sueldo. Y así va la historia, tal como en la primera: los empleadores se enojan con Terry y lo quieren muerto. En lo que va recortando las filas de los villanos, Terry irá descubriendo que las raíces del problema van más allá del crimen organizado de Japón. Ahora, el conflicto no sólo es personal: es internacional.

La diversión de la película recae sobre todo en el estilo sucio de pelea de Chiba. A menudo simplemente asemeja a un oso sacudiéndose hordas de molestas ardillas. Puesto que es virtualmente indestructible, los villanos casi siempre van a tratar de pegarle en donde más le duele. Y, sin revelar demasiado, sólo diré que ser patiño de Terry Tsuguri es el peor trabajo del mundo. Pero al menos pueden tener la seguridad de que su eventual muerte será vengada... con extrema violencia.

Momentos brillantes que la cinta ofrece:

- En un elevador, una atractiva chica invita a Terry a su habitación, a través de sugestivas miradas. Resulta que la chica es una asesina, que a medio foreplay saca un fierrote para encajárselo a Tsurugi. Terry le agarra el brazo a tiempo y le dice: "Y pudimos haber tenido una tarde tan bonita", y entonces le tuerce el brazo hasta rompérselo, para después encajarle varias veces el fierro que era para él. The irony!

- En cierto momento, al verse rodeado, Terry toma una pistola del suelo y comienza a dispararle a sus atacantes. Algunos caen, pero pronto se le acaban las balas. Al ver esto, un rufián se abalanza sobré el héroe, sin contar que una pistola sin balas no deja de ser un arma, y Terry se la encaja en el estómago al pobre tipo.

- Terry remata a un tipo tronándole el pescuezo. Por alguna razón, después del tronido, Terry se queda quieto sosteniendo la cabeza del cadáver, y la vuelve a girar hasta obtener "¡crack!". Hace otra pausa, y le vuelve a romper el cuello, que para ese entonces debía pender de un hilo. ¡Sádico! ¡Ídolo!
- A Terry le hacen bolita en una montañas nevadas. Con armas. Después de dar varias vueltas en la nieve, y de dejar varios cuerpos tirados, Terry brinca al último enemigo, cayendo sobre la espalda de éste, y le propina un golpe en la nuca que lo deja así de guapo:


En cuyo punto tuve que pausar la película porque me estaba orinando de la risa.

Filmada en "ActionScope", Return of the Street Fighter es una joyita que a pesar de su ultraviolencia no llega a ser tan absurda como Story of Ricky; y aunque sí tiene suficiente carga emocional, nunca se pone tan solemne como... uh, la mayoría de las cintas de artes marciales japonesas. Después de todo, de eso se trata, ¿no?: que el héroe canalice su brutalidad en aras de obtener venganza. Y más si toda la filosofía de su vida se resume en estas líneas que le dijo su padre, demasiado extensas como para ponerlas como subtítulo de mi blog:

"Listen my son, TRUST NO ONE! You can count on no one but YOURSELF. Improve your skills, son, harden your body, become the NUMBER ONE MAN! Do not ever let ANYONE beat you!"

Top Fun. Highly Recommended. ¡Me voy a la cama!
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¡Shrek en Monterrey!


En el Teatro Montoya. Comentado por ahí, en referencia a la desbordante sensualidad de Donkey: "¡En ese burro sí plancho!"
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Well I'll be damned

El 23 de octubre sale Casshern en dvd. Japonés, claro, bello y carísimo, como siempre. La versión extendida de Hero por fin aparece, también, en una caja de madera y portada de holograma.

Ya regreso, voy a un estacionamiento a lavar coches.
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No más Asia

Esto no es nuevo. De hecho, ya tiene mucho tiempo. Mi afición por el cine de Asia no ha menguado, pero sí pasa por un fuerte periodo de... ayunas.

Por ahí, enterrados entre tantos posts sobre videojuegos, alguno podrá percibir que coleccionar cine asiático era un hobby a lo grande. La última película que mencioné, Ping Pong, supuestamente abriría una semana de reseñas del cargamento de 20 dvds provenientes de Hong Kong que felizmnte había recibido por esos días. Desgraciadamente, esa única reseña sólo marcó el hecho de que ése cargamento iba ser el último en mucho, mucho tiempo. Todo el dinero que dedicaba a importar películas (que no era poco), en adelante iría a un fondo más práctico y sensato, el de mi futura boda.

Y así ha sido, que durante varios meses no he visto películas coreanas, japonesas, chinas, nada. Me comentan sobre Izo, sobre Sky High, y otras que ya se me olvidaron. Y yo nomás encojo los hombros, porque ya estoy completamente fuera de ese círculo. No sólo dejé de ver películas, sino que también dejé de informarme sobre ellas. Antes me la pasaba metido en foros para ver qué era lo más calientito. Ahora ya no me permito pensar mucho en ese tipo de cosas... porque al final, la causa del sufrimiento es el deseo. Muy frustrante.

Ante la sugerencia obvia, la de bajar todas las películas que no estoy comprando, realmente no hay vuelta de hoja: jamás voy a ver una película en divx que sea fácilmente conseguible en dvd. Esto va doble para películas recientes. No que tenga demasiados escrúpulos, sino porque simplemente no soporto la calidad del video comprimido. Para alguien como yo que está tan obsesionado con la calidad visual, ver una película compuesta por bloques que no se están quietos es desesperante.

Sí bajo películas, sin embargo. Aparte de epidodios de Mystery Science Theater 3000, me llevo alrededor de cinco películas a la casa cada semana. Aquí sí aprovecho la oportunidad, porque se trata de películas que no podría ver de ninguna otra manera. VHS rips, más que nada. Películas muy viejas, que todavía no salen en dvd, sí es que algún día llegan a salir. De donde las tomo, de repente se aparece The Park o la versión sin cortes de Ichi the Killer. Con calma les doy la vuelta, pensando: algún día...

Sí extraño todo eso... de hecho, últimamente he podido conseguir un par de dvds para calmar la sed. Pero dudo que pronto vuelva a aquellos tiempos irresponsables en los que gastaba miles de pesos comprando dvds. Sobre todo considerando eventos recientes, que han cerrado por completo esa posibilidad.

Así que he ahí el por qué mi mutismo al respecto. Por si a alguien le interesaba.
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Nueva campaña

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La gran diferencia entre Penny Arcade y VG Cats

Es que VG Cats no apesta.


Esta tira rockea en demasiados niveles. Para tenerla en una playera, incluso.
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Somewhere only we know

He estado pensando en sacar otro blog, y dedicarlo exclusivamente a hablar sobre videojuegos. Dejar éste para cine y cosas personales. Tengo la sospecha de que a muy poca gente le interesa leer sobre juegos, ni siquiera a los aficionados al hobby. Si la sección de "Retas en tu barrio" (o como se llame) de AtomixTV es un indicio, el jugador mexicano promedio se quedó ciclado en una edad mental de 12 años, así tenga 29 años. Es más fácil tener lectores sobre cine, creo.

Si lo llego a hacer... no voy a avisar aquí, tampoco.
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