Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




Sheesh

People missing the point--again. No diré nada, porque finalmente todo se resume a que soy un bastardo angurriento.

Iba a: tomar una foto del "centro de entretenimiento", con el cuarto totalmente a oscuras, para que sólo se pudieran ver las lucecitas rojas del estéreo, el PS2 y la Wega, formando los vértices de un triángulo. La iba a llamar "Sony". Luego resultó que era demasiado trabajo y lo dejé por la paz. Pero aquí queda el concepto.

El primer y segundo párrafo no tienen relación.

Tengo tantas reseñas listas en la cabeza, pero no me he sentido con la autoridad para escribirlas. El calor tiene algo que ver, pero no me puedo quejar: todavía tengo el recuerdo de un invierno anormalmente largo.

Me quedan cuatro horas de descanso. God, this was one weird weekend.
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La vida con el PS2

ICO.
El Playstation 2 llegó, pasé tiempo con él, y tengo comentarios. Ya saben cómo va esto.

A Sara a veces le gusta decirme, "que diría el Pedro de la prepa...", que es su manera de decirme, "haz cambiado, viejo". Cuando me conoció, apenas me estaba limpiando mi actitud punkerilla rockera, y marcas quedaban pocas: me había cortado casi todo el cabello largo, mis orejas seguían perforadas pero ya no les colgaba nada, estaba ganando peso y por ello, me había dejado de poner sombra en los ojos y pintarne las uñas de negro. Solía ser un espectro, y no me da pena porque en ese entonces no habían nacido los darkies... o al menos no abundaban, como hoy. Escuchaba mucho a Pink Floyd y a White Zombie. Jugaba Play cuando lo popular era el 64.

La que sería mi novia confundió mi apariencia andrajosa con otra cosa, por lo que cuando comencé a comprar ropa y visitar todas las semanas el mall, me decía, medio en burla, eso de "que diría el Pedro de la prepa... si te viera ahora tan burgués". A mí siempre me dio risa el comentario, porque yo nunca levanté mi puño contra "The Man", ni me ponía playeras del Che: yo siempre había sido un ávido consumidor, volando con alas de capitalismo, y si parecía comunista era porque no me gastaba el dinero en cortes de pelo o camisas Polo, sino que todo lo invertía en música y videojuegos.

Pero si, su comentario ahora viene al caso. Principios, sí tenía. En cuestiones frívolas, claro, pero principios al fin y al cabo. En cuanto me convenció el Dreamcast de lo maravilloso que era, me aferré a él y no lo solté hasta que le llegó su prematura muerte, maldiciendo siempre todo lo que pudo estar en su contra. La mayor amenaza, y lo que en gran medida llevó a la consola de Sega a su tumba, siempre fue el Playstation 2. Escupí la siglas PS2. Mi dinero nunca volvería a Sony, decidí en algún momento.

Pero después de todos estos años, uno crece, y se da cuenta de que las guerras de consolas son impulsadas por niños y por aquellos que no tienen el dinero para obtener todo lo que ofrece el mercado de los videojuegos. Empezó con el Gamecube, y unos títulos exclusivos que resultaron ser demasiado irresistibles como para no adquirir finalmente la consola. Luego ya, me puse a ver objetivamente, y me di cuenta de que no hay razón para envidiar el puñado de juegos exclusivos de Sony. No cuando se tienen 12 meses sin intereses y 30% de descuento.

Katamari Damacy.
Así como Viewtiful Joe y Metal Gear Solid me convencieron con el argumento de que jamás iba a poder jugarlos en el Xbox, Sony tiene bajo la manga algunos de los juegos más exquisitos de esta generación. De su propia cosecha, el primer objeto de deseo siempre fue Ico. Siempre que pensaba en él me parecía absurdo el negarme el placer de jugarlo, pero no me decidía a dar el gran paso. Luego vino Siren, ese juego que como experiencia es absolutamente terrorífico, pero como juego es bastante mediocre... pero que de todos modos me llamó muchísimo la atención. Las razones se fueron apilando, cada una estampada con el sello "exclusivo": Katamari Damacy, Chulip, Virtua Fighter 4 Evolution, Devil May Cry, Metal Gear Solid 3... y, eventualmente, nIco, la secuela de Ico. Así que ahora tengo un Playstation 2. Incluso Sega produce ya juegos para la consola de Sony, por lo que ya se sentía raro guardar rencor por la destrucción del Dreamcast.

Pero que quede claro: si finalmente me doblé, fue sólo por los juegos. La verdad, había demasiadas cosas que quería jugar en el Playstation 2. Kinji Fukasaku dirijió Clock Tower 3: sólo para PS2. Las dos partes de Zone of the Enders, de Hideo Kojima, están firmemente plantadas en el PS2, también. Tecmo parece no tener intención de lanzar Rygar en ninguna otra plataforma. Jamás sabría qué sucede en Silent Hill 3 si me quedo sólo con el Cube y el Xbox. Finalmente, hay un catálogo entero de juegos de PSOne que nunca pude jugar: Final Fantasy IX, Skullmonkeys, Vib Ribbon, etc.

Mis críticas de la máquina siguen intactas, empero, y al pasar tiempo con ella no rompió mis expectativas. Se trata de la consola más primitiva de las tres, en términos de gráficos y procesamiento, y no hay vuelta de hoja. Ico, un juego bellísimo en su diseño de arte, tiene la desgracia de compartir la baja resolución de muchos de los primeros juegos del PS2. Incluso Sara lo notó, y aunque yo no supe identificar el problema de inmediato, haciendo un poco de investigación salió la desagradable sorpresa de que muchos juegos de primera y segunda generación tienen menos líneas de resolución que cualquier juego estándar del Xbox o el Gamecube. El efecto es horrible, como si se estuviera viendo todo a través de unas rejillas.

He podido jugar dos títulos que corren a resoluciones más altas, Dead or Alive 2 Ultimate y Devil May Cry, pero éstos no están exentos de problemas. Más que nada, confirman el hecho de que el Playstation 2 jamás se libró de los jaggies, ese efecto escalonado ocasionado por la carencia de antialiasing. Tengo conectada la consola a la tele con cables de S-Video, por lo que la imagen es más nítida y precisa, así que los bordes filosos de las gráficas resaltan todavía más. Me falta ver lo juegos verdaderamente nuevos, pero hasta el momento, aunque he jugado juegos buenos, los tres tienen dificultades técnicas que hacen algo de mella en su atractivo visual.

Al menos para alguien tan obsesivo en esas cosas como yo. Pero Sara ya me dijo que no estoy loco y que ella también lo ve. Fiu.

Chulip.
Hablando de, Devil May Cry rockea. Sara me regaló el cambio del DOA 2 (porque la verdad prefieron la versión del Dreamcast --SEGA FO LIFE, FOO!) y pues le di tacha a uno de los primeros en mi wishlist. Al juego ya se le notan los añitos, pero ya me dijeron que mejor me aleje de la secuela, que éste está mucho mejor.

(Cuando estaba haciendo el cambio, le platicaba a Sara que posiblemente a ella le gustaría Animal Crossing, para Gamecube. De verdad lo creo. El del puesto le preguntó a Sara que si ella jugaba, y ella le dijo que sí, aunque no muy bien. Yo confesé que ella me pone una arrastrada en Dr. Mario. El comerciante me recomendó, tal como lo hizo Chris Charla en la sección de cartas del difunto Daily Radar: cásate con ella. Y yo: pues duh. No creo que vaya a conocer a otra chava bonita, inteligente, y que haya terminado Legend of Zelda: A link to the Past.)

Me ocuparé de estos dos juegos, Ico y Devil May Cry, ahora que ya terminé Ninja Gaiden y Max Payne 2. Manhunt me estaba deprimiendo. Sigue como número uno en mi lista MGS: The twin Snakes, pero puede que ése lo compre en McAllen el mes que entra.

Así que ¿qué diría el yo de la prepa si me viera ahora, desentendiéndome de cualquier lealtad hacia una sola consola? Yo creo que comprobaría que, simplemente, adoro los videojuegos. Eso es todo.
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¡Sí!

Primero: me aprobaron la visa. We're going to Disneyworld! Gracias, ante todo, a Sara, que me llevó de la mano por todo el proceso. Gracias a Arturo por no echarme la sal. Gracias al taxista desconocido que me ayudó a llenar lo que me faltaba en las formas.

Segundo: navidad en mayo, parte 3. Sara fue a McAllen y trajo buen botín: la nueva EGM, la nueva Official Xbox Magazine (con un disco de demos bastante bueno); una playera de Mickey Mouse que está muy classy (soy un ávido aficionado al Mickey Mouse de la vieja escuela, cuando tenía ojos de Pacman y maltrataba animales); el recién salido Mickey Mouse in Living Color Vol. 2; además, una tarjeta de memoria para el Playstation 2 y, creo que lo que más me emociona, el juego de PS2 Ico. Gracias por todo, princess.

Quiero escribir más, pero me abruma todo el alivio que siento. Me voy a acostar. YEAH!
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Veracruz, mundo perdido


La nota completa (hay que registrarse). Mi parte favorita:

"[La propuesta]les pareció inadecuada, debido a que se tratan de vestigios de animales que en su momento habitaron y quizá reinaron en la tierra y que forman parte de la historia de la humanidad."

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Sábado

Sábado aburrido: un pequeño post, porque sé que es agradable ver algo nuevo en los blogs de la gente.

Hace un par de horas el corazón se me quería salir del cuerpo, ahora no por la salsa de Las Alitas, sino porque estaba terminando Ninja Gaiden. Al final se pone ridículamnte difícil, pero para ese punto yo ya era ridículamente hábil, así que acabó siendo un reto bastante satisfactorio. Primero, la euforia. Nunca me sentí con más confianza como jugador. Primero Viewtiful Joe, ahora esto. Estoy terminando juegos que hacen llorar a la mayoría. Luego, el vacío. Ninja Gaiden había estado ocupando cada momento de ocio por varias semanas, y no se me había ocurrido pensar en lo que iba a jugar a continuación. Quizá Everything or Nothing, o Metal Arms.

Supongo que esperaba que para estos días ya me hubiese llegado el Playstation 2. Tenía la idea de pasar el fin de semana probándolo. Ni modo.

Ahorita no sé qué hacer... creo que voy a sacar los vhs que me prestaron de Star Wars. Hace poco me di cuenta de que nunca me he sentado a ver ninguna de las tres películas originales, y que todo lo que sé sobre ellas lo he obtenido a través de dos décadas de ósmosis cultural. Vamos a ver por qué les hacen tanta fiesta.

Si algún día vuelvo a tener dinero de sobra, compraré el original del Ninja Gaiden. Me dan muchas ganas de jugarlo con los diálogos en japonés.
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Kill Bill vol. 2

This summer, Uma Thurman WILL PHONE HOME!
Una vez, mientras veía los dvds del único puesto del Río que los vende, un tipo de gorra que estaba al lado mío le señaló al encargado del puesto una caja en particular. Era Beastie Boys Video Anthology. Sin que le preguntaran, el chavo empezó a decir, con una voz llena de gallitos:

-Ese, ese dvd es Criterion. Es especial porque es el único que la compañía ha hecho de música. Casi todos los demás son de películas difíciles de conseguir.

-¿Croterion, dices que se llama?- le pregunta el del puesto, semi interesado.

-Sí... ah, no, Criterion. Ellos lo que hacen es... agarran películas que casi no se conocen y les sacan una nueva imagen directamente del negativo original, para que se vean casi como nuevas. Y también le ponen muchos extras interesantes como... el comentario del director y fotografías de archivo. De hecho están numerados, los dvds, y algunos ya no se consiguen.

-...

-Es de los mejores dvds que se puedan encontrar... este de los Beastie Boys... yo no lo tengo pero tengo entendido que tiene todos los videos, y detrás de las cámaras, y comentarios y una opción para remixear todo. En algún lugar leí que según este dvd es el punto de comparación para cualquier otro de videos que saliera después.

-Ah orale... no pues te lo dejo bara, nuevo, 200 pesos.

-No... ahorita no tengo dinero.

Y se fue. Ya por fin pude preguntarle al encargado si todavía tenía el dvd de Ninja Scroll que había visto la semana pasada, y me dijo que lo había vendido. Seguí mi camino.

Si hubiera justicia en este mundo, Bill sería interpretado por Bruce Lee. Think about it.
En muchos sentidos, Quentin Tarantino me recuerda mucho al tipo de gorra que se le quebraba la voz de aquella ocasión. Yo estaba ahí al lado, finjiendo que leía la caja de Hollywood Chainsaw Hookers, cuando en realidad le estaba deseando la muerte... o al menos que se callara de una buena vez. Me daban ganas de dar dos pasos atrás, y gesticularle al encargado: "¡no es cierto!". Pero la cosa era: el tipo estaba diciendo la verdad, en su mayor parte. No era eso lo que molestaba. Lo que me irritaba era que se trataba de un tipo que necesitaba atención y que a cualquier oportunidad pavoneaba su conocimiento de dvds sin que nadie se lo preguntara. Y eso es lo que Tarantino viene haciendo desde hace tiempo: restregarle en la cara al que pague boleto lo mucho que sabe de cine y música.

Y el chiste ya no hace mucha gracia, honestamente.

Idealmente, seguro que el director pensaba que a los amantes del cine les iba a fascinar cada elemento reconocible en su Volumen 2. No puedo hablar por todos, pero yo apretaba los dientes cada que aparecía algo sacado del "inmenso acervo fílmico" de Tarantino... porque me distraía horriblemente. De la misma manera en la que me dan ganas de darle un par de cachetadas a Scorsese cada que quiere meter con calzador un plano secuencia en todas sus películas, Kill Bill Vol. 2 es una serie de trucos y chistecitos visuales que sirven más para ilustrar un ego desbordado que para contar una historia.

Cuando hablé (favorablemente) de Kill Bill Vol. 1, dije que realmente no necesitaba tanta acrobacia en su cronología para contar una historia tan sencilla. Y he ahí el asunto: una vez que le quitas los homenajes, los guiños, las cosas prestadas por todos lados... tenemos un cuento simplista que si bien entretenía al principio, vaya que pierde vuelo conforme se acerca al final.

Sonny Chiba se enfrenta a su reto más grande: TRAIN TEH UMAH!
Si esta película fuera una chica, a los pocos minutos de conocerla le diría: "Hablas demasiado". Me daría la vuelta y me iría, sin ningún interés por saber si tiene más cosas valiosas que no pudo mostrarme. Porque en Kill Bil Vol. 2 hablan... y hablan... y hablan. Es como el reverso total de Van Helsing: en un intento por "desarrollar los personajes", o algo, la cinta está desatada en cuestión de diálogos. Una niña, que estaba sentada en los escalones de la sala, ilustró perfectamente cómo me sentía, pues después de un rato se paró y se puso a contar las luces de la sala. Me dieron ganas de acompañarla. Kill Bill Vol. 2, por momentos, incurre en la peor falta que una película pueda cometer: aburre.

Y no es porque en esta secuela las secuencias de acción sean muy pocas o muy cortas. Después de todo, desde la pasada se demostró que, con todo y coreografías de Yuen Woo Ping, los norteamericanos sólo sirven para tirar plomazos... y hasta eso. Para ser una historia que supuestamente necesitaba dos películas para contarse, hay un imperdonable desperdicio de tiempo en Vol. 2. La excusa de que "es para explicar mejor a los personajes" no aplica aquí, ya que tanta exposición jamás rinde frutos. O que alguien me diga por qué no se cortó por completo la escena del strip club. O la del viejito españolito. O por qué no se le dio el mismo tratamiento al personaje de Elle Driver. En general, se siente una ausencia de balance en el guión, que resulta chocante en comparación al ritmo bastante decente de la primer película.

Ahora, hay que reconocérselo: la película tiene buena factura. A pesar de los hipos del guión, Tarantino ideó algunas salidas bastante ingeniosas para viejos problemas, como las razones por las que el personaje central se iba a sincerar con su peor enemigo. Las escenas de acción ahora parecen menos ineptas, gracias a una edición más agresiva. Era obvio que finalmente se iba a tener que llegar a agarrones y empujones a lo salvaje, ya que el kung fu tieso ya no daba para más. Así fue mejor, en mi opinión.

Y es que la película no es mala en sí, y la verdad hay peores cosas en que gastarse el dinero en el cine esta semana. Pero sus fallas son tan fuertes, que probablmente sea la película más débil de Tarantino hsta la fecha. Sí, más que Jackie Brown. Habrá algunos a los que no les desagrade tanto la obsesión de Tarantino con citar fuentes, pero creo que tengo razón al pensar que la historia se va evaporando hacia el final. Tenía entendido que el final debía ser conmovedor o algo, pero con un personaje tan poco empático como el que interpreta Uma Thurman, la verdad no sentí nada. No significó nada para mí, quizá porque al final ya no estaba interesado con lo que sucedía en pantalla, quizá porque al final la película cambia la jugada y no le sale el truco para nada.

A mucha gente le puede gustar, pero yo nunca me sobrepuse a que a cada momento Tarantino se hiciera el listo, mientras que dejaba que varias escenas le chuparan la vida a la película.

Antes de que me vaya, tengo que descargar algo: la película hace demasiado énfasis en que "La Novia" es la mujer más hermosa del mundo. Cuando me tocaba transferir notas sobre Kill Bill Vol. 2 para la sección de espectáculos de Milenio, los encabezados siempre decían algo así como "La venganza se pone sexy". Y me han dicho, en persona, que Uma Thurman esta bellísima en Kill Bill.

¿Acaso soy el único cuerdo? ¿La misma Uma Thurman que tiene fosas nasales del tamaño de mis ojos? ¿La misma que tiene ojos que están a un paso de parecerse a los de Marty Feldman?

Honestamente:


¿ENCUENTRAN A ESTO ATRACTIVO?
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El mejor anuncio del E3

No fue ni siquiera un anuncio. Sólo un indicio de esperanza. Entre los títulos que Namco mostró en su espacio, estaba Katamari Damacy. Aparentemente, están indecisos sobre si traerlo a América o no. Cruzo los dedos para que se les prenda el foco y lancen aquí el único juego que me hubiera obligado a ponerle un chip al Playstation 2.

Sí, ahora tengo un PS2. Entre el lanzamiento de Katamari Damacy y el anuncio de Okami, el universo parece estar de acuerdo con mi decisión.

Halo 2 ya tiene una fecha de salida inamovible: 9 de noviembre del 2004. Qué agradable gesto por parte de Bungie, para aquellos que se estaban poniendo impacientes. Puesto que estoy seguro que cuando salga todo lo demás se va a parar, hasta quisiera que saliera en el 2005; todavía tengo muchos juegos que terminar.

De notarse: Silent Hill 4: The Room, Viewtiful Joe 2, Prince of Persia 2, Resident Evil 4 y un nuevo juego de The Legend of Zelda, con el cual no pude dejar de sentirme emocionado. Anunciaron un nuevo Grand Theft Auto, si a alguien le interesa. Final Fantasy XII continúa la tradición de la serie de ir alienando más y más a los jugadores de la vieja escuela...

Se notaba que para Microsoft éste era el show en el que debieron haber mostrado el Xbox 2. De ser por ellos, la nueva consola saldría este mismo año. Varias cosas se lo impiden, sin embargo: aunque la máquina pueda estar casi lista, muy probablemente no se le hayan dado las herramientas a las compañías para empezar a trabajar en la nueva plataforma. Y como el Nintendo 64 nos enseñó, no vale la pena mostrar una consola nueva sin juegos que demuestren su poder. Al mismo tiempo, podrían incurrir en la ira de las mismas compañías, por acortar el tiempo de vida de la actual consola, en la cual probablemente tienen invertidos demasiados recursos. Finalmente, a los jugadores no les va a hacer mucha gracia tener que comprar una nueva consola a escasos tres años de haber salido el Xbox.

Pero para Microsoft está muy claro: la única razón por la que Xbox nunca pudo dominar la actual guerra de consolas fue todo el tiempo de ventaja entre el lanzamiento del PS2 y el Xbox, que le permitió a Sony amasar una base de usuarios envidiable. Si quieren ganar el siguiente round, la ventaja debe ser ahora de Microsoft. Lo malo es que se puede estar sentando un desafortunado precedente, augurando un futuro donde el periodo de vida de una consola no alcance más de tres años.

A ver cómo se desarrolla esto.

Hace una semana terminé Megaman 2, por séptima vez. Ahora estoy jugando Shenmue II en el Dreamcast, Super Mario Sunshine en el Gamecube, Ninja Gaiden en el Xbox y, con Sara, Dr. Mario en el Super Nintendo. Good stuff.

Lo que más quiero jugar ahorita: Metal Gear Solid: The Twin Snakes, Ico, Siren...
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Van Helsing

Siempre que quiero que alguien se confunda con respecto a mis gustos sobre cine, saco a relucir lo mucho, muchísimo que me gusta The Mummy. No que sea una película horrible a los ojos de la mayoría, ni mucho menos, pero estoy seguro que muy pocos piensan en esa película como algo que valga la pena recordar, ya no digamos la vanguardia en lo que deberían ser las películas de aventura. Yo sí. Quedé maravillado con su candor, su ausencia de malicia y su irresistible afán de divertir y entretener sin tomar poses cínicas o de autoconsciencia. Era fantasía de matiné, de la que uno diría que ya estamos hartos pero que en realidad no se ha visto desde hace muchos años.

Cuando vi los primeros trailers de The Mummy Returns me sentí genuinamente emocionado, porque todo parecía indicar que se trataba de una secuela más grande, más espectacular y más estridente. No me equivoqué, y acabé disfrutando la cinta como no tienen idea. Pero, en el fondo, sentía que algo había cambiado. No estaba seguro de lo que era; aunque The Mummy Returns me sigue pareciendo una excelente película, está lejos de tener el mismo calibre de su antecesora.

Ahora, después de ver Van Helsing, ya no me queda duda de lo que le pasó a Stephen Sommers. Aunque estaba muy emocionado cuando entré al cine, temía que, de confirmarse una pequeña sospecha que se estaba gestando en un rincón de mi cabeza, la historia sería muy diferente al salir de la sala.

La idea era genial, desde luego: soltar en una misma película a Drácula, el monstruo de Frankenstein, y al Hombre Lobo, y meter a Wolverine a poner orden. Al menos como premisa, era mil veces más interesante que The League of Extraordinary Gentlemen, y siempre se podía contar con el añadido de que sería un "homenaje a las cintas clásicas de la Universal". Que chistoso: yo vi las tres, The Wolfman, Frankenstein y Dracula, enteritas, en el Galimatías de Trino que salía en Blanco y Negro. Ahí donde el monstruo de Frankenstein era Pati Chapoy y el Hombre Lobo era Diego Fernández de Cevallos.

En fin, Van Helsing, que no es el Van Helsing, pero igual sí es un Van Helsing (hey, no me pregunten, los que se complicaron la vida fueron ellos) es un cazador de monstruos patrocinado por una rama de la iglesia católica allá en el siglo XIX. Se le da la misión de ir a Rumania a defender de Drácula a los últimos descendientes de una familia, Anna (Kate Beckinsale) y su hermano, quien es irrelevante. Ya ahí, convenientemente, resulta que el monstruo de Frankenstein y el Hombre Lobo están conectados con un plan de Drácula para dominar el mundo... o Europa, al menos.

Suena divertido, ¿no? ¡Y casi lo es! Si he llegado a detestar algo de esa vaga bestia amorfa llamada Hollywood, es la pobreza y poca originalidad de sus guiones más recientes. La fuerza con la que se afianzan a fórmulas seguras y predecibles le ha quitado la vida al cine norteamericano comercial, y creo que es su falla más dura. Por eso le hago el feo a Tarantino porque, en lugar de salir con cosas nuevas, ahí viene a reciclar ideas viejas. ¡Plop!

Entonces llega una película que, como un niño, propone: "¿quién ganaría en una pelea, Drácula o el Hombre Lobo?" Y yo digo, ¡bienvenida! "¿Qué tal si metemos también a "la creatura", que todos se mueren por decirle Frankenstein pero no pueden, y ponerlo tal cual debe ser, con pedazos que se le desprenden y con entrañas de relojería que funcionan con rayos de electricidad?" ¡Ja, súper! "Y que haya miles de creaturas como las momias pigmeas de The Mummy Returns, pero que vuelan, y unos jawas esquimales, y unas nenas voluptuosas que se convierten en gárgolas (más o menos) y una ballesta ametralladora..." ¡Hasta yo pondría 200 pesos para producirla!

Y me gusta, me gusta la idea de que Sommers dijo, ¿cuál es la fantasía más loca en la que podemos meter a estos monstruos?, y les hizo una trama medio desquiciada, con un cazador que tiene a su propio "Q" al lado proporcionándole tecnología medieval de punta. Si algo todavía tiene Sommers es ese afán de querer impresionar, de entretener, de no ponerse tapujos a la hora de decidir si algo es demasiado fantasioso... sino que dice, ¡GO! ¡Más loquera, más efectos, más fuegos artificiales, y más relámpagos y aullidos en Dolby Digital! ¡Que Industrial Light and Magic se de gusto jugando con las tomas de Jackman y Beckinsale en pantalla azul, hasta que sobrecarguen sus estaciones de CGI! ¡Echemos la casa por la ventana!

Y desgraciadamente, no funciona.

En pocas palabras, Van Helsing sufre de una débil construcción de personajes, y de un guión que se ocupa más de conectar secuencias de acción que en contar una historia. Ése era exactamente el mismo problema de The Mummy Returns: era una montaña rusa de acción y efectos pero que en el fondo no contaba gran cosa. Lo que salvaba milagrosamente a The Mummy Returns era que los personajes ya habían sido sólidamnte definidos en The Mummy, por lo que al iniciar la secuela el lazo entre el espectador y los héroes y villanos ya estaba ahí... suponiendo que el espectador hubiera visto la primera, claro. Por eso The Mummy Returns podía darse el lujo de ser un add-on, una serie de aventuras exageradas que encajaban cómodamente en un marco que ya había sido establecido anteriormente.

Van Helsing no puede darse ese lujo, y sepa qué le pasó a Sommers que no pudo construir un personaje tan bien delineado como Rick O'Conell, pero ahora para Hugh Jackman. Todo parece indicar que tenía tantas ideas para secuencias de acción, que el poquísimo espacio dedicado a la exposición no da lugar a crear personajes ricos, o al menos interesantes. Hugh Jackman, casi siempre una roca de la cual un espectador se puede afianzar, no tiene nada con qué trabajar en su rol de Van Helsing. Vale, es un hombre que no conoce su pasado... ¿pero había que hacerlo tan seco como para poder reemplazarlo con un pedazo de cartón? Ni hablar de Kate Beckinsale, que siempre me ha parecido la tipa más desabrida desde que la vi en Breakdown Palace, y que tiene el papel femenino menos definido en años... Ninguno de los dos logra una conexión con el espectador, por lo que todo lo que sigue en la hora y media después de conocerlos no tiene la resonancia con la que debería contar. Debería estar mordiéndome las uñas viéndolos jugarse la vida en el trapecio, o cuando un Hombre Lobo se trepa a su carreta envuelta en llamas... pero en vez de eso, resultan escenas modestamente entretenidas. Porque, ¿en realidad quiero saber más sobre el pasado de Van Helsing? ¿En realidad quiero salvar el alma inmortal de la familia de Anna? O vaya: ¿en realidad me interesa que no los parta un rayo en la torre de Drácula?

Y es que el tratamiento de Sommers para plantear el fondo de los personajes es de lo más pobre. Volviendo a lo mismo, diálogos como éste fueron uno de los errores más grandes de The Mummy Returns:

- Te he dicho mil veces que...

- ...que debo trabajar en secreto, porque la organización debe permanecer oculta.

- ¿Y si ya lo sabes, porque tanto destrozo? ¿Acaso debo repetirte que de nosotros depende que conozcas más de tu pasado, y por eso trabajas para nosotros?

Eso de deletrearle las motivaciones de los personajes al público es, para parafrasear al monstruo de Frankenstein: ¡¡BAAAAD!!. ¡Contrajemplo!: en el primer episodio de la nueva temporada de 24, vemos a Tony y Michelle trabajando juntos. Casualmente, la cámara toma sus manos: ¡argollas de matrimonio! ¡Están casados, la relación que inició la temporada pasada rindió frutos! Y sin que ellos dijeran "abre este folder, mi vida" o algo así. That, my friends... is awesome.

Podría hablar de otras fallas, pero básicamente todas parten de esta débil construcción de personajes que menciono. Simplemente, la película no emociona, porque no hay razón para emocionarse. Después de un rato yo ya nomás estaba entretenido con las secuencias de acción, cada una más inverosímil que la anterior, en un nivel en el que pensaba, "je, que buena idea", pero poco más. Hacia el final, la película se convierte en un circo de tres pistas que desemboca en un desenlace que se ve venir desde media hora antes. Vaya, si la película va a empezar con un planteamiento simplista y unidimensional, tampoco se puede esperar un clímax inteligente o algo así.

Pero por favor, espero que en el dvd quiten la última secuencia de la película, que es lo más cursi y naco que se les pudo haber ocurrido. El que comparó esa parte al bebé en el sol de los Teletubbies dio en el clavo. Yo pensé, rocanrol, esto se va acabar como esa parte en Conan the Barbarian, pero ¡no! Hasta el final de Harry y los Henderson está más emotivo que esa farsa de cierre.

No me pareció terrible, después de todo, sino sólo decepcionante. Está entretenida, pero con un linaje como el que tiene Sommers, ésta pudo haber sido su película más grande. A la próxima: - acción, + exposición. Espero que para Van Helsing II (vs. el Hombre Rana, la novia de Frankenstein y Robovampire, obvio) Sommers haga caso a mi humilde sugerencia.
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Post 153

En un sueño, como Hide.
El nuevo diseño de Blogger ha de haber desatado la mayor de las vergüenzas al revelar la cantidad de mensajes que uno ha escrito: demasiados puede significar que uno no tiene una vida real lejos de una computadora, y muy pocos puede que indiquen que la persona en realidad no tiene mucho que decir. Bromeo, desde luego, pues en más de una ocasión he admirado blogs que son actualizados diariamente, así como aquellos en los que un post solitario entre dos semanas de nada asemeja una dulce gota de rocío en el desierto.

A mí me intriga que siento que he escrito tanto, y todavía no cubro uno sólo de mis cumpleaños. Eso puede que se corrija en los próximos meses. Puede.

Tengo varias cosas interesantes que contar (interesantes para mi, al menos), más que nada varias reseñas que tengo atoradas desde hace una semana. Voy a ser el último en reseñar Van Helsing, quizá coincidiendo con el lanzamiento del dvd. Si creen que comparto enteramente la opinión encontrada en Saratitlan, puede que se sorprendan. Otras dos películas por ahí que vale la pena mencionar, una por mala, otra por buena, y ya terminé Resident Evil de Gamecube. Tengo que escribir un comentario sobre esto último rápido, porque cuando lo terminé me di cuenta de que no detestaba el juego, como pensé que me iba a sentir, y creo que sé por qué. Pero como dicta la experiencia, cada reseña me va a costar cerca de tres horas, como mínimo, y que pena desperdiciar una tarde tan bonita. Mejor desperdicio mis descansos, que para eso están.

Esta mañana dormí pésimamente mal, con bruscos despertares cada hora y media. Pero pude tener al menos un sueño curioso. Era de esos sueños en los que uno se da cuenta de que está desnudo (o le falta una prenda). Estaba en una mezcla de primaria con personas que yo conocía de la prepa y la carrera... pero sí, todos éramos niños. Yo era nuevo. Pedí permiso para ir al baño, y cuando ya estaba allá me di cuenta de que se me había olvidado llevarme casi toda mi ropa, y sólo había llevado conmigo una colcha verde. Hey, es un sueño. Rápidamente se me ocurrió una solución, y me enrollé la colcha al cuerpo, y le di forma de vestido. Al final ya no era una colcha, sino, efectivamente, un vestido verde. Me despeiné un poco y dejé que el cabello me cayera sobre los hombros. Me miré al espejo y, no lo creerían, era una niña.

Volví al salón, y todos se asombraron al verme. Sabían que era yo, pero encontraban asombroso que pudiera pasar fácilmente por una niña. Me sentí vagamente orgulloso de mi "habilidad", recogí mi uniforme, que había dejado en el suelo, y me convertí en un niño de nuevo. El sueño terminó ahí, o no recuerdo qué más sucedió.

Antes que pensar en inclinaciones bisexuales latentes, creo que por alguna razón decidí tomar como material para el sueño el recuerdo de algo que mi madre ha contado en repetidas ocasiones. Dijo que el día que nací, todas las cunas del área de maternidad estaban ocupadas por niñas, salvo la mía. Y que cuando me cargaba, enfermeras u personas ajenas le decían que qué bonita niña había tenido. And I was a dude.

Ahora ni de chiste que me confundan con una mujer (aunque tengo pestañas obscenamente largas, qué le voy a hacer), pero me da gusto pensar que puede que vaya a tener los hijos más exquisitamente bellos de este continente. Al menos mientras sean bebés.
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Siren, en citas


Shibito: Muertos vivos de ojos sangrantes, que matan por diversión.
Sightjacking: Habilidad de poder ver a través de los ojos de los Shibito.

1. My favorite stage was a short one involving a young woman (Risa) trying to escape from an abandoned house, with a Sniper guarding the gate and a lone patrolling Shibito wandering around outside with a large sickle and a flashlight. The goal is to find some way to distract the Shibito outside the gate while a) not getting the attention of the much-closer patrolling Shibito and b) not getting your face blown off. It’s a relatively easy stage, but the tension came together so well that I was actually holding my breath for a lot of it, as girly as that sounds. At one point, I had to leave the main part of the house and head around to a shack out back to get something. I sightjacked the patrolling Shibito, waited until he/she/it was on the other end of the house, and made a run for it. I got in and out of the outdoor shack just before the blue guy rounded a corner and nearly spotted me. I made my somewhat panicked escape back into the main part of the home and, after locking the door, closed my eyes and tuned myself to the Shibito to see where was.

He’d stopped, and was staring intently at the door to the shed I had left open. He stood there for a few seconds, then slowly started to shuffle towards it, almost stealthily, paused, and giggled to himself before hopping up the landing and darting inside, breathing excitedly.

If I’d been in that shed, which, given the amount of rummaging in there, was quite possible, I promise you I would have fucking shit myself right there and cried like a little girl. Just imagine turning around to make a break for it and seeing a grinning, giggling, blue-skinned, bloody-eyed, photorealistic Shibito standing in the only door out of the shed, a split second away from burying a gardening tool in your throat.



2. A shibito sees me, I run. I make it through the back door of a diner and, as you can on most doors in the game, lock it from the inside. I sightjack the shibito to kind of laugh at him, and I see what he's doing.

He stares at the door for a while, muttering angrily, then tries to open it. Failing that, he tries again. When that doesn't work, he hits it. Hard. Again. Then he starts ramming it with his shoulder.

I'm watching all this, wondering when that asshole is going to go back to his appointed rounds of muttering to himself and wandering the streets, when (and remember, this is all from the shibito's POV) the door flies off it's hinges and I'm treated to a red-tinged vision of myself, eyes closed, about to get shot in the eye with the revolver the shibito was carrying.


Tomado de los foros de Insertcredit.com
Trailer



Por eso no compro comics

Alguno se habrá dado cuenta por el post anterior. El sábado terminé de leer The Dark Knight Returns, de Frank Miller. En cuanto a novelas gráficas va, me gustó mucho. Pero hubo algo que me incomodó, y que no tiene tanto que ver con este libro, sino con los comics en general.

En pocas palabras, The Dark Knight Returns es la historia de cómo Batman sale de su retiro voluntario, cansado de que Gotham City sea arrasado por pandillas fuera de control. Bruce Wayne tiene cerca de 55 años, y no sólo se debe enfrentar a la pandilla de los Mutantes, lidereados por un monstruo enloquecido sediento de sangre, sino también al departamento de policía, a una sociedad que difícilmente lo recuerda y que lo considera una amenaza, a los recién "rehabilitados" Dos Caras y el Guasón, y finalmente a... Superman. Cada enemigo representa algo para Batman: en Dos Caras encuentra su reflejo en la imposibilidad de negar quien realmente es, mientras que eliminando al Guasón (suena medio dorky decirle Joker a estas alturas) finalmente vengará todas las muertes que Batman permitió por no detenerlo a tiempo. Entonces, sí, el Guasón muere en este libro.

Qué más que enojarme, me... frustra un poco. Una de las razones por las que dejé de comprar comics fue la falta de consistencia en las historias y las distintas variaciones de una misma serie. Aparentemente llega un momento en el que a los escritorers se les acaban las ideas y deciden, como si fuera una gran idea, "reinventar" a los personajes y sus historias. Hace poco dije que el postmodernismo tenía sus bondades, pero son muy pocas comparadas con los desastres que el revisionismo ha ocasionado como excusa a la falta de creatividad artística de los últimos años. Es como si dijeran, "caray, este Flash ya no da más.... ¡ya sé, hay que hacer borrón y cuenta nueva... y todo lo que hubo antes, fue un sueño!".

Esto no es exageración: DC Comics lo ha hecho así, tal cual, en Zero Hour, toda una serie que evidenciaba que se les había chupado el cerebro tratando de encontrar ideas frescas para personajes creados hace cinco décadas. Le pasó hasta a mi querido Spiderman, que en un momento me enteré que según Peter Parker realmente nunca fue el verdadero Hombre Araña, sino otro tipo... no, ni me quiero acordar...

Supongo que es la primera ocasión que menciono que Spiderman es mi superhéroe favorito. Je.

En fin, me molesta que entre tanta variación, no se pongan de acuerdo en sus historias. No sé, deberían llevar un control de los eventos para que no haya tanta incoherencia, así sean películas, programas, videojuegos o comics. A lo que voy: The Dark Knight Returns es una novela increíble, pero se estrella calamitosamente con la historia de la mejor película de Batman que existe hasta la fecha: Batman Beyond: Return of the Joker. Supongo que con quien debería estar enojado es con la serie de animación: después de todo, se tomaron muchas libertades para crear una serie bastante decente basada en una suerte de blasfemia (que Batman no es Bruce Wayne, sino un vatillo equis). ¡Pero vamos!¡The Dark Knight Returns fue publicado por primera vez en 1986! Y aún si se tratara de una historia del tipo "what if...", ¿para qué meterse con la muerte del Guasón del libro más importante de Batman? ¿Para qué inventarle una nueva muerte?

En estos casos, las dos historias están bien, y las dos están mal. Y a la mayoría le importa un bledo. Yo no puedo soportar la falta de consistencia del mundo de los comics, porque siempre me ha parecido más admirable lograr un buen trabajo en un ambiente limitado, que cambiar todo para amoldarse a la visión de un novedoso. Puesto que Frank Miller llegó primero, digo que The Dark Knight Returns es como realmente pasó (ya sé que en este punto estoy sonando medio freaky) y Batman Beyond es un divertimento ligero que no se debe tomar muy en serio. Lástima que su película sea tan rematadamente buena.


PD: The Dark Knight Strikes Again, la secuela escrita 15 años después, tiene una historia más ambiciosa y casi tan buena, pero su arte es absolutamente aborrecible. Asco total.



The secret



Van helsing, Viggo, y colores de Tailandia

Frank Hopkins (Viggo Mortensen) contra el sacerdote Imhotep en una escena de Hidalgo.
Stephen Sommers es el director de Van Helsing.

¿POR QUÉ NO SE ME INFORMÓ DE ESTO ANTES?

Sommers dirigió una de las mejores películas de aventura del siglo pasado (The Mummy, 1999), así como una las mejores de este siglo (The Mummy Returns, 2001). Screw Hellboy: VAN HELSING ALL THE WAY!!!!

Fuimos a ver Hidalgo, alias Océano de Fuego. La sala se comportó notoriamente a la altura, con excepción de un pareja que estaba sentada justo detrás de nosotros. La locura inició desde el título de la película: "¿Hidalgo? ¿A ver, por qué no Pachuca?" No, no, los dos estaban de campeonato... la sala se encontraba en completo silencio, lo que hacía sonar más estridentes sus comentarios idiotas. "¡Mira, un alacrán!", "¡Ay pobrecito caballo!", "El caballo se ve muy elegante", y así... Sara se estaba riendo de todo lo que decían, pero como me estaban distrayendo y la película, honestamente, no se merecía tanta majadería, nos cambiamos de lugar después de hora y media. Ya pudimos disfrutar el final en santa paz, si bien nos perdimos de los últimos comentarios de la parejita que seguro fueron algo así como "¡Mira los indios de al principio!", o "¡El caballo no lo quería!". Espero que hayan chocado media hora después, por estar platicando en vez de poner atención al camino.

Hidalgo es buena, nada absolutamente memorable, pero tiene suficientes atributos para que las dos horas que dura se pasen como rayo. De hecho se asemeja mucho en términos de diversión a otra favorita del director, Joe Johnston: Jurassic Park III. Sé que estoy en la minoría, pero esa película me gustó muchísimo. Tiene un final de "¡que onda, se nos acabó el rollo de película!", pero es mil veces más divertida que las otras dos, no tan estúpida, y lo mejor, no tiene todas las cursilerías con las que Spielberg embarra todo lo que toca.

Ahem. Hidalgo. Vayan a verla, sin miedo. Su mayor fortaleza es que es diferente: es acerca de una carrera de caballos en el desierto, bajo condiciones extremas. Afortunadamente el énfasis está menos en los caballos y más en el hecho de que Viggo sea un miserable vaquero compitiendo contra príncipes de Persia. I hate horse movies. Pero el que monta Viggo hasta sale simpático. Muuuy recomendable.

Earlier...


Anoche vi Tears of the Black Tiger, una de esas curiosidades que deben de verse. Siendo el bizarro experimento cinematográfico que es, lo mejor es acercarse a esta película sabiendo que está hecha medio en serio, medio en broma. Se trata, sin duda, de un cariñoso homenaje a un conjunto de géneros y estilos que realmente no tienen mucho valor en un principio, más el del entretenimiento palomero de la década de los 50: el western y el melodrama. Ah, la película es tailandesa, nada menos.

Todo lo malo que pude encontrarle a la película fácilmente me daba un revés cuando me daba cuenta de que eran errores intencionales, fieles a los propios de los dramones y películas de acción de mediado de siglo. Las actuaciones son arquetípicas, con una sobreactuación que sería más común encontrar en una obra de teatro de aficionados. Los momentos románticos estan aderezados con viejas y melosas baladas de amor, con todo y los saltos característicos del vinil. Las escenas de acción son de lo más exagerado, casi rozando la caricatura, aunque confieso que me sorprendió lo sangriento de éstas. No me la esperaba tan gory.

Los creadores de Tears of the Black Tiger tomaron todos los clichés y elementos de las películas que les gustaban a sus abuelos, armaron un vehículo bastante cheesy, y finalmente le añadieron lo que hace realmente especial a la película, y un verdadero artículo de culto: el color.

Es para ponerse a gritar, "¡AH, LOS COLORES!.... ¡MIS OJOS!". Toda la fotografía de la película ha sido manipulada para que los colores aparezcan más vívidos de lo normal. El efecto resultante es similar al de las fotografías pintadas a mano de principios de siglo, donde las mejillas están mas sonrosadas de lo que deberían y los labios pueden aparecer de color violeta. A esto le añadimos un par de escenografías algo surrealistas y tenemos un festín a los ojos, que sólo puedo imaginar lo increíble que se ha de ver en dvd, ya que yo la vi a través de la magia del video comprimido.

En apariencia una trillada historia de amor trágico, Tears of the Black Tiger es una de esas ocurrencias en las que cineastas se divierten removiendo y sacudiendo un cine que ya era viejo cuando ellos eran niños, hasta lograr un resultado nuevo y fascinante. Ah, las bondades del postmodernismo...


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