Hace más de una década que no veo
En Familia con Chabelo, pero uno de los mejores recuerdos que tengo del programa me sigue provocando gran conflicto:
la catafixia. El momento final del programa donde padres e hijos concursantes podían arriesgar todo lo que habían ganado por premios desconocidos escondidos tras varias puertas. Siempre corrían el peligro de perder todo (salas, juguetes, viajes) si tenían la mala suerte de elegir la puerta que escondía un premio de broma, como una silla vieja o un metate.
Ahora bien, he aquí la parte problemática: recuerdo claramente ocasiones en las que la pérdida era trágica, y Chabelo ("apelando" a la buena voluntad del público) les permitía quedarse con todos sus premios... pero también ocasiones en las que les decía, "lástima", y empezaba a despedir el programa cantando "Adiós Supermán", mientras las edecanes se llevaban a la familia de rostro desencajado.
A través de los años le he dado mil vueltas al asunto sin llegar a una respuesta definitiva. La
catafixia siempre me pareció algo conceptualmente separado del resto de
En Familia, un segmento surreal y muy, muy serio. En ese punto, los concursantes ya ganaron, pero se les da la oportunidad de irse a casa con mucho más. Es el primer acercamiento que como infantes tenemos al
gambling, al juego de azar. No lo digo peyorativamente, sino como una propuesta fascinante, el someternos a esa experiencia exhilarante en la que todo puede acabar felizmente o en lágrimas.
Recuerdo entonces que había a quien le tocaba perder sus premios por algo absurdo (¿mi memoria me juega bromas o recuerdo a
un burro de carne y hueso como premio de broma?) y se apiadaban de él. Por un tiempo pensé que perdonaban a aquellos cuyas pérdidas era de magnitudes cósmicas, y la crueldad del programa no llegaba a tanto. Pero no, no discernía ningún patrón, sobre todo porque llegaban a presentarse escenas sumamente descorazonadoras de niños a los que les caía el veinte que iban a regresar a casa con las manos vacías.
Me pone a pensar si los productores trataban de esquivar un potencial mensaje que la
catafixia pudiera enviar. Por un lado, no era su misión quitarles premios a los concursantes, y no ganaban nada jugándoles bromas crueles. Por otro lado, regresarle los premios a los perdedores ponía en peligro la legitimidad del segmento en sí: si en realidad no hay consecuencias, no tiene razón de existir.
¿La función de la
catafixia era castigar la codicia de los concursantes? Cuando los dejaban sin nada, ésa era la idea que me quedaba. "Quit while you're ahead", quizá era lo que querían dejarle marcado en el cerebro a quien había decidido arriesgarse (nada era más triste que los padres tomando la decisión errónea). Pero cuando se los regresaban, pensaba algo completamente distinto: que se premiaba el haberse arriesgado, el poner todo en la balanza por mayores dividendos. "Who Dares Wins", como dirían en la Fuerza Aérea Británica. Es, obviamente, la dicotomía del juego, la gravedad del azar.
Quizá, al final, se trata de un programa familiar, y no querían terminar el programa en una nota triste. Pero, al mismo tiempo, querían agregarle ese fascinante elemento de peligro... lo que me deja otra vez en ceros. Qué frustrante.
Me doy cuenta de que hablo de
En Familia en tiempo pasado, pese a que lo siguen transmitiendo. Será porque lo dejé de ver a finales de 1994, y no he estado despierto en una mañana de domingo desde hace seis años. ¿Por qué lo dejé de ver? Fácil: a finales de 1994 se vino la crisis y dejaron de anunciar y regalar juguetes en el programa, perdiendo así más de la mitad de su atractivo para mí.