Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




The wonder years

Demasiadas cosas, muy poco tiempo para disfrutarlas.

Todavía siento residuos de la gloria de la luna de miel. Las mejores vacaciones de mi vida. Y lo bueno sigue apilándose. O quién sabe, igual y nada más estoy muy contento con el presente. Incluso Halo 2 no fue "el evento" que yo esperaba que iba a ser. En comparación con todo lo demás, resultó un rato divertido y poco más.

La semana de celebraciones del cumpleaños de Sara se cumplió intermitentemente gracias a lo impredecible de los envíos de Amazon, pero ahora ya cuenta con una novela nueva, un dvd-set nuevo, y pronto un misterioso juego de Gamecube que incluye unos tambores. Mucha diversión. Finalmente ayer instalaron el cable digital, comimos sushi, Sara se compró un merecido regalo y me regaló a mí Final Fantasy X y UmJammer Lammy, nuevos los dos. These days, my friends, are AWESOME.

Y hoy conseguimos la tele para la recámara. Ya no tendremos que pararnos de la cama nunca más. Sara podrá jugar Space Channel 5 mientras yo veo X-Play.

Esto se pone cada vez mejor. Pero aún sin todo esto, una cosa es cierta: I love living with my wife.
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Hero

So, there you go. Un dvd menos que comprar.

Lo más irritante (porque no me pareció mala, abominable, execrable, no: irritante, es la palabra) es que se trata de una película hecha de China, para Estados Unidos. Un Crouching Tiger 2. Toda la mano del dinero gringo, combinada con unas indulgencias que no le conocía a Zhang Yimou.

Desde el persistente deja-vu del soundtrack de Tan Dun, hasta la inclusión innecesaria de Zhang Ziyi (al menos estaremos de acuerdo en que su personaje está de más), Hero es el otro lado de la moneda de la influencia de la cinta de Ang Lee. Mientras a muchos nos abrió los ojos a todo un universo cinematográfico hasta entonces desconocido, la siguiente gran cinta asiática que un gran estudio (en este caso, Miramax) decide traer a América es... más de lo mismo. Y al mismo tiempo, menos. Porque aunque el atractivo de Crouching Tiger, Hidden Dragon ha ido disminuyendo a mis ojos poco a poco, al menos tiene una sustancia que sostiene su incómoda mezcla de acción y drama. Hero es una cinta obsesionada con su forma, olvidando por completo su fondo.

Está, por ejemplo, el constante afán por la simetría en su composición, cuando en realidad lo que debería buscar es el balance. Contratar a Christopher Doyle como director de fotografía ya parece un switch si quieres que tu película tenga "belleza visual", pero en una historia tan poco envolvente, su apabullante uso y manipulación del color resulta gratuito, forzado. Como si al momento de ver las inmensas telas vaporosas cayendo en el salón del trono, la cinta dijera: "aquí es donde dices: wooow".

Tony Leung, Jet Li y Maggie Cheung tienen un carisma que hasta viéndolos en una foto caen bien. Pero en Hero, sólo pueden depender de este ángel, y nada más, ya que sus personajes son unidimensionales, completamente planos. La decisión de narrar la cinta en una especie de confesionario vagamente a lo Rashomon complica las cosas ya que se nos presentan distintas caras de los implicados, por lo cual yo no pude hacerme de una opinión sólida de ninguno. Al final, supuestamente toma lugar una gran tragedia... pero yo no sentía nada por esta gente. ¿Cómo sentir algo por ellos, si realmente nunca los conocimos?

Al final, no tuve claro cuál era el punto de la película. ¿Nacionalismo? Es una propuesta muy valiente, considerando que se trata de una pieza de revisionismo radical. En cuestiones históricas está difícil saber qué sucedió y qué no, e imagino que partieron de los "hechos" conocidos: hubo un intento de asesinato que no tuvo éxito. La versión que se apega de manera más fiel a los hechos históricos (según) es la exquisita The Emperor and the Assassin, de Chen Kaige, e incluso Stephen Chow hace un chiste sobre este asunto en The Royal Tramp. El emperador de Qin era visto como un tirano por sus sangrientas campañas a favor de unificar China, y en la cinta de Kaige se le pinta como alguien que empieza a perder la razón por cumplir su misión. La forma en la que lo iban a asesinar es también mucho más burda de lo que poéticamente aparece en Hero: habían escondido una daga en un mapa enrollado. La ejecución fue torpe y el asesino frustrado fue ejecutado al momento.

¿Qué habrán sentido en China, en Hong Kong, al ver esta interpretación de la historia? ¿Será Hero, acaso, el Zapata: El sueño del héroe de China?

Hero quiso ser una mezcla de la forma de Ashes of Time de Wong Kar Wai con el fondo de The Emperor and the Assassin. Pero le faltó emular lo que estas dos cintas hacen muy bien, de muy distintas formas: personajes sólidos, ricos, por los que uno se interesa. Kaige lo hizo tomándose su tiempo, haciéndonos pasar tres fascinantes horas con el emperador, la concubina y el asesino. Wong Kar Wai lo hizo con sus detallitos, con sus elipsis, con las conexiones oblicuas entre los personajes y la trágica soledad inherente del género wuxia que los persigue a todos.

En general, la cinta es disfrutable, si no se le trata de comparar con...uh... estas dos con la que la acabo de comparar. Es sólo que distrae tanto el afán de la cinta por ser artística, al grado que llega a la caricatura. Tiene toda la pinta de ser una historía trágica y épica. Pero es sólo eso: la pinta. Las cintas de artes marciales más importantes y bellas de la historia se caracterizan por la falta de autoconsciencia de lo revolucionarias que son. Tsui Hark, en particular, con Once upon a Time in China y Peking Opera Blues, entre otras, logró imprimir a sus cintas un comentario social, un rico vocabulario cinematográfico y una ambientación impecable; pero ante todo, siempre se preocupó por hacer películas entretenidas, divertidas. Buen cine, vaya.

Hero es todo lo contrario. Una fachada bonita y con sentimiento de autoimportancia, pero sin una película memorable que ofrecer detrás de ella. Lástima.
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¡Super padre desnaturalizado!

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Halo 2

El honor me amarra las manos para discutir a profundidad los mejores puntos de Halo 2. En casi todos los aspectos, se trata de un progreso en relación a la primera parte: los niveles son más variados y orgánicos, las armas están más balanceadas, el dual wielding funciona mejor de lo que debería (aunque yo prefiero armar mis batallas tomando en cuenta algunas granadas, lo cual no es posibles con un arma en cada mano), las gráficas son una dulcería de efectos de bump mapping e iluminación y la música es increíble. Lo único realmente discutible es... el final.

Desde antes de terminarlo supe que había dejado a muchos confundidos, si no furiosos. Cuando lo acabé, no pude evitar sentir que, en efecto, era poco satisfactorio. Pero no es tanto que tenga un mal final, sino que el juego en general, a pesar de tener una historia mucho mejor que la del primer juego, tiene muchos problemas con su narrativa.

La historia de cómo evoluciona el conflicto de los humanos y los Covenant es fascinante, y todo el drama político-religioso nunca llega a cansar (para ver cómo esto pudo haber sido un graaan error, basta ver la cinta Pacto de Lobos). Pero, desgraciadamente, uno nunca siente que se esté haciendo algún progreso en la historia. Quizá sea porque la historia esta vez se limitó sobre todo a los cinemas, en lugar de desarrollarse dentro del juego mismo, como sucedía en Halo y Half Life. No encontraba un sentido de dirección o de propósito, de build-up, y me encontraba en un constante estado de expectativa, esperando que en el próximo nivel o próximo cut-scene muchos de los hechos misteriosos del juego se explicaran. Pero tales revelaciones nunca tuvieron lugar.

Y en realidad, no es que fuera una historia confusa, si bien la forma fragmentada de contarla creaba problemas de retención ("ah, de nuevo con el Master Chief... uh, un momento, ¿en que me había quedado?"). No, lo que pasó es que no estaba contada de una manera que atrapara al jugador, que fuera escalando hasta un clímax y luego permitiera un desenlace. Últimamante hasta a las películas se les va algo tan elemental. No, el hecho de que se haya revelado que aparentemente se trata de una trilogía no tiene nada que ver con que se sienta que nos hayan dejado colgados: hay maneras de lograr un cliff-hanger y contar una historia perfectamente autosuficiente.

En el "Making Of" del dvd que viene en la Edición Limitada, se revela que en Bungie tuvieron muchos problemas para poder lanzar a tiempo el juego: se reescribió gran parte de la historia, se eliminaron armas y niveles, etc. Si de ahí nació el probelma, entonces esto es lo que creo: Halo 3 va a salir el próximo año, básicamente con el mismo motor de gráficas, si acaso con algunos de los elementos que tuvieron que eliminar por cuestión de tiempo. Hacernos esperar otros 3 años para saber la resolución de esta historia, sobre todo cuando esta segunda entrega no fue del todo satisfactoria (insisto: en relación a la historia) me parece muy mala jugada.

A mí me entristeció un poco las deficiencias en su narrativa, puesto que en Halo la historia estaba contada magistralmente. La última carrera hacia el Pelican es uno de los clímax mejor logrados en la historia de los videojuegos. Que no exista algo similar en Halo 2 sí me pareció decepcionante.

Fuera de eso, el juego es brillante en todos los sentidos. ¡La espada de plasma, el arma de la que yo más desconfiaba, es la mejor adición de todas! Dato interesante: por azares del destino tuve que comprar el juego dos veces, la versión normal y la Edición Limitada, y los manuales son completamente distintos. La versión normal es naranja, tiene al Master Chief en la portada, y tiene su resumen de la historia, descripcion de armas y enemigos y demás información, desde el punto de vista de los humanos y la UNSC. La Edición Limitada tiene un manual morado, con un Elite en la portada, y toda la información está desde el punto de vista de los Covenant. Este detalle me hizo más difícil la decisión de deshacerme de la versión regular.

Tengo otras cosas que decir sobre el tema, pero ya me tengo que poner a trabajar. Je.
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On time

El album debut de Keane, Hopes and Fears, fue calificado con un 2.8 en Pitchfork Media, donde se le acusó de ser un disco pretencioso y petulante. Muestra de que Pitchfork no tiene sentido de autoconsciencia. El track 10, "On a day like today", accidentalmente se convirtió en la canción no oficial de uno de los periodos más inolvidables de, probablemente, toda mi vida.

Desperté en mi nueva casa, una casa sin teléfono, sin computadoras, sin Internet y, hasta hace poco, sin cable digital. Una de las pocas reglas que he impuesto en esta casa es tener música corriendo siempre que sea posible, en especial a la hora de comer. Prendí el estéreo, puse en random el disco que había tenido de moda antes de mudarme a esta nueva casa, y me metí al baño al lavarme los dientes. Cuando salí del baño, "On a day like today" estaba empezando.

...Y en vez de bajar a la cocina a preparar el desayuno, me quedé en la puerta de la recámara, viendo a mi esposa dormir. Me invadió la perfecta belleza del cuadro, mientras en el fondo Tom Chaplin repetía incesantemente que no encontraba palabras para expresar sus sentimientos. Me identificaba. Sólo podía mirar y maravillarme.

Tengo una esposa, ahora. Ya está harta de ese disco, también.

El 15 de noviembre fue la fecha que marqué para mi regreso, y aquí estoy, pero sólo para reportar que debido a que no tengo Internet ni computadora en casa, va a ser un poquito más difícil actualizar. Hay un par de soluciones que voy a probar, porque sí hay un par de cosas que quisiera comentar, largo y tendido.

Eso es todo, por ahora. ¡Gracias por asomarse!
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