Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




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For show and tell, i brought...

Mis vecinos son de mi familia. Tíos y primos por parte de mi papá. Fucked up family. Mi padre resultó ser el único sano entre una familia con un historial de lo más extraño. Cada uno de mis tíos y tías tiene su propia cualidad medio psycho, pero lo que siempre distinguió a mis vecinos fue su fascinación por el sensacionalismo psuedocientífico. Eran de esas personas que si te dejabas, se podían soltar horas y horas hablando de pirámides, constelaciones, profecías, etc. Llegué a pasar mucho tiempo en su casa, cuando era niño, jugando con mis primos. Su biblioteca me intrigaba profundamente...

En algún momento de su vida mi tío había coleccionado todos y cada uno de los volúmenes de DUDA. No recuerdo bien cuál era el tagline de la revista, pero lo resumía perfectamente: "Lo imposible es lo real", o algo así. Era una publicación fascinante. Escritos en forma de comic, con un estilo realista similar al de Alex Raymond (aunque variaba), cada número se ocupaba de algún tema fantástico y lo elaboraba para demostrar con hechos y evidencias que "por más increible que pareciera, ¡¡esto bien pudiera ser verdad!!".

Hubiera sido más fácil creerlo de no haber sido por lo tremendamente menso de sus temas. "¿Fue el arca de Noé una nave intergaláctica?", rezaba una portada. No recuerdo las demás pero también trataban a los sospechosos comunes, La momia, los hombres lobo, etc. DUDA era publicada por Editorial Posada...

Y Editorial Posada estaba en toda su biblioteca. Docenas y docenas de Los Agachados y Los Supermachos. Pero los que más llegué a leer fueron los libritos de Colección DUDA. Había de naturismo, de "ciencia", de astrología, pero también muchísimos dedicados a lo paranormal. De las últimas veces que fui a su casa, cuando estaba en la secundaria, me robé uno llamado "Historias de Fantasmas". No estaba mal. Pero también me llevé uno que ha sido una perfecta de pieza de conversación cada que lo llevo conmigo..



HISTORIA UNIVERSAL DE LA TORTURA, con una selección de textos de Edgar Ceballos. Es toda una joyita. Resulta un libro divertidísimo en tantos niveles. No sólo es absolutamente morboso, sino que no tiene todo el estómago para decir las cosas como son. Esto es parte de la contraportada, para que se den una idea:

HISTORIA UNIVERSAL DE LA TORTURA no es un libro precisamente cómodo de leer. Es un libro en el que se hace brevemente la historia de la crueldad humana, y se describen con frialdad estremecedora los métodos empleados por hombres de todas las épocas para destruir y atormentar a sus semejantes.

¿Tiene algún sentido publicar todos horrores? ¿Sirve para algo el relato de la más deprimente faceta de la sociedad humana?

Creemos que sí. Toda la gran literatura del mundo ha empleado buena parte de sus páginas en la presentación de las miserias y deformidades de las sociedad humana, ¿Por qué? Porque sólo de ese modo parece posible que el hombre en su conjunto aprenda a tomar un camino verdaderamente humano.


What a load of crap. Este libro es explotación --all the way. No hay nada malo con ello, desde luego, pero resulta hilarante la justificación del tal Ceballos. Si para algo sirvió este libro (entre muchas otras cosas) fue para darme ideas que de lo contrario nunca hubiese tenido. Espero que estés feliz, Edgar.

La selección de torturas va de lo supremo a lo aburrido. Están los chinos y su fineza, los cristianos, la caza de brujas, la Inquisición, Sudáfrica, la Segunda Guerra Mundial, El KU Kux Klan, y los cables en los testículos y el agua mineral en la nariz de los judiciales mexicanos. Nada mal. Sin embargo, aún con la vasta investigación del equipo DUDA, al parecer no pudieron llenar 190 páginas con material original, así que tomaron fragmentos de otras obras y las pusieron verbatim en varias secciones del libro. Hay extensos trozos de La noche quedó atrás, de Jan Vatin, para describir los campos de concentración alemanes, y algunos extractos de testimonios de Eugene Kogon. Más sinvergüenza resultó el poner todo el cuento de Poe, El pozo y el Péndulo, en el apartado de la Inquisición (aunque el cuento no esté nada mal).

Como dije, el libro resulta una pieza de conversación, aunque las reacciones a éste siempre varíen. A mis amigos de la prepa les fascinó y lo estuvieron paseando varios meses, hasta que por fin me lo regresaron. Desde ese entonces no lo he prestado, ya que se ha deteriorado mucho. La última vez que lo mostré fue a un compañero de la carrera, que se puso a leerlo a media clase. Ya había pasado un rato y todos estábamos ocupados escribiendo algo, cuando le oí decir:

-Maestra... ¿me puedo acostar en el piso?... No me siento bien...

Estaba verde. Al terminar la clase lo acompañamos a un taxi y se fue a su casa, probablemente desmayado.

Aunque son varias decenas de torturas explicadas en el librito, hay viejos clásicos que nunca pasan de moda. A continuación, transcribo un par:

El suplicio de las caricias

Este tormento se aplicaba muy raras veces y únicamente a reos condenados por delitos sexuales. El tormento daba comienzo cuando la víctima extendida sobre una mesa muy baja, era sujeto a ella con resistentes cuerdas y amordazado... de manera que no podía hacer un movimiento ni lanzar grito alguno... Una mujer, ni bella ni joven, de fisonomía grave, vestida de negro hacía las veces de verdugo... Se arrodillaba junto al reo... Empuñaba el miembro viril y daba principio el tormento... Éste duraba varias horas... ¡Varias horas de terribles y estudiadas caricias, durante las cuales las manos de la mujer no se detenían ni un segundo, durante los cuales su rostro permanecía impasible...! El torturado expiraba lanzando por el miembro chorros de sangre...


Oh brother. Ojo con los puntos supensivos...

Los manjares chinos

I regret nothing!
Este suplicio consistía en mezclar en la comida del condenado finísimas briznas de bambú. Luego se le obligaba a beber copiosamente, para que cuando las astillas se hincharan con el agua, le perforasen los intestinos, muriendo entre los dolores más atroces.


Otro:

Entre las diversas cosas que hicieron los chinos con el agua hirviendo (¿la pólvora?, ¿papalotes?, ¿té?), el tormento del agua resultaba uno de los más pavorosos. Consistía en introducir en una tina de agua hirviendo los pies de la víctima, hasta lograr que la piel se desprendiera. Luego se echaban puñados de sal a estos despojos para que el dolor resultara realmente insoportable...

Por último, un animal hambriento era traído al lugar para devorar aquella carne, ¡viva aún!


¡Gasp! Con razón me caen bien los chinos. Pero la joya del libro es "El Tormento de la Rata". Noten cómo le repugna tanto al redactor que parece que está escribiendolo tapándose los ojos. Éste es el que hizo caer al colega, sin duda.

El Tormento de la Rata

En la historia antigua de los pueblos, jamás se han encontrado tormentos tan refinados y tan brutales, como el de la rata.

La víctima era escogida entre los condenados más jóvenes y fuertes, de músculos resistentes, ya que éstos cuanto más luchaban más prolongaban y aumentaban su dolor...

Desnudo el condenado era extendido en una mesa en donde el verdugo lo encadenaba. Al ser completamente inmovilizado, se le aplicaba en las nalgas a manera de ventosa, una caja en cuyo interior estaba una gran rata, que previamente había sido privada de alimentos durante varios días.

Después, el verdugo introducía por un pequeño orificio una varilla de hierro candente. Furiosa la rata hacía lo imposible por evitar la quemadura, huir del hierro deslumbrante. Enloquecida, daba brincos, saltos y vueltas alrededor de la caja, trepa y vuelve a trepar por las nalgas del reo. Primero en su desesperación comenzaba por arañar y desgarrar. Luego con sus dientes agudos, la rata trataba de buscar una salida a través de las carnes martirizadas y sangrientas. Pero no la había... o al menos, en los primeros minutos la rata no la encontraba. Y la varilla de hierro seguía amenazando al animal cada vez más cerca.

Como el lector se imaginará nada hay que duela tanto como una terrible combinación de arañazos y mordiscos. El atormentado se retorcía de dolor, brincaba, intentaba zafarse, aullaba, lloraba, pero no lograba otra cosa más que aumentar el furor de la rata embriagada en sangre. Sucedía entonces que la víctima perdía la razón...

Por último, huyendo de la amenaza constante del hierro candente y merced a la excitación de algunas quemaduras oportunas, la rata concluía por encontrar una salida... una salida natural... la rata entraba por donde el lector por lógica supondrá... en el cuerpo del hombre... ensanchando con las patas y los dientes... la madriguera... la madriguera en la que escarbaba frenéticamente como en la suya propia... Y moría ahogada al msimo tiempo que la víctima, quién después de media hora de las más indescriptibles torturas, terminaba por fallecer de una hemorragia, cuando no, del exceso de padecimiento, o la congestión de espantosa locura.


Wow. "La rata entraba... por donde te platiqué...". It doesn't get any better than that.

No creo que vaya a vender alguna vez este librito (aunque no me imagino quién me lo quisiera comprar); no sólo es una mina cómica, sino que también siempre da algo de qué hablar. Ya por último mencionaré que muchas páginas son adornadas por ilustraciones que van desde el medioevo hasta la conquista. Lo más extraño es que casi todas son de torturas que no aparecen descritas en el libro. Realmente no importa, ya que algunas de las imágenes son lo suficientemente gráficas como para explicarse solas. Pero hay una imagen que me persigue en sueños hasta este día, porque no tengo idea de qué clase de tortura es:

WHAT THE HELL IS GOING ON???


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