Enjoy the silence
La lavadora de mi vecina, mi tía, chirria. Wiiik... wiiik... wiiik. A la bruja se le ocurre lavar cuando yo tengo que dormir, en la mañana. A las 11 me despertó y por varios minutos no me pude escapar de ese rechinido. Ya después de media hora me pude dormir tantito, y me despertó de rato el descubrimiento que habían dejado de lavar. Bendito silencio del mediodía. Suspiré, hasta se me salió una lagrimita. ¿Qué haría sin el silencio?