Sick puppy
Absolutamente noqueado. Inútil. Un despojo que no podía hablar o moverse.
Y todo por no llevar chamarra al trabajo.
Estar inmovilizado en cama por cerca de cuatro días puso las cosas en perspectiva. Iba a tirar el blog y no volver a pensar en él. Dejar los videojuegos. Las cosas que habían estado consumiendo mi tiempo estos últimos meses perdieron todo su valor ante la fiebre y las arcadas violentas. Estuve sin comer tres días.
Pero no acepté vacunas. Cual Wolverine, nomás con reposo se me fue bajando la agonía. Ya se me fue la calentura, y ya me puedo mover otra vez, pero sigo con flemas (o sea, mocos en la garganta) y la comida me sabe raro. Como con sabor a globo. Ni ver películas me alivianó: todo se me hacía gris.
Gremlins 2,
Iron Monkey,
Last House on the Left,
Me enamoré de un maniquí. Nada. Lo único que me tuvo parado la mayor parte de ayer fue que estaba esperando el regalo de Sara, que parece que va a llegar hasta hoy. No estoy deprimido, pero ya no me entretengo tan fácil. Parece que para los videojuegos el ciclo se está cerrando otra vez. A lo mejor habría que darle otra oportunidad a los libros.
Mientras escuchaba el
commentary track de Wes Craven en
Last House, me acordé de algo muy chusco, y el recuerdo me puso más alegre. Mel Brooks se queda dormido en el
commentary track de
Spaceballs. Ya está viejito, pobrecillo.