Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




E-mail this post



Remember me (?)



All personal information that you provide here will be governed by the Privacy Policy of Blogger.com. More...



Me against the music (ha!)

Ok, a lo mejor ésta es pregunta para la gente simple como yo, pero ¿no les pasaba que de pronto descubrían una banda, se encariñaban mucho con ella hasta llegar a una obsesión enfermiza que siempre acababa mal? Que te prestan un disco, y dices, oye esto está bueno, y vas y buscas qué más tienen... revisas su discografía en allmusic.com (o en su página oficial, que es lo que yo hacía cuando estaba más chico), y te atreves a comprar otro disco, según el clásico de ellos. Y cuando menos te lo piensas ya te estás gastando todas tus quincenas en todo lo que han sacado, sus primeros discos, videos, lo más oscuro que tengan... incluso, si se puede, discos importados de Europa o Japón. Si uno es lo suficientemente joven, comprar unos cuantos posters y escribir sus nombres en las pastas de libretas. Si al disco nuevo le tiran tierra, uno sale en su defensa, pensando que es una pieza incomprendida antes que considerar que bien pudiera ser un proyecto fallido. Hasta que pasan varios meses y uno se harta, se quema de no escuchar mas que la misma cosa.

¿No? Bueno, eso me pasaba a mi. A lo mejor todavía. Eventualmente, aparte de quemar a las bandas, siempre acabo viéndolas objetivamente, sin esa devoción fanática inicial. La lista es corta: Iron Maiden, U2, Smashing Pumpkins, Pink Floyd y... supongo que X Japan. Tuve un flirteo con Korn y el Canto Nuevo (al mismo tiempo, weird) que pude frenar antes de que llegara a mucho. Y también, durante un tiempo, no escuchaba mas que soundtracks de videojuegos todo el día.

Nunca se me ha dado la variedad, y el veredicto sigue pendiente sobre lo que sucede: o tengo el oído muy fino o muy bruto. Quienes me mandaban discos para que los escuchara (con sendas recomendaciones) se cansaron de que le respondiera con evasivas o encogiéndome de hombros: a veces todo simplemente me parecía ruido. Ruido tranquilo, ruido descuidado o ruido escandaloso, pero ruido a fin de cuentas. Las únicas veces que me llegaba a interesar por algo era cuando según yo reconocía una conjunción de talento y escuela, una buena producción, pero ante todo, melodía. Yup, yo soy el audiófilo equivalente a un granjero, que se contenta con una buena tonada. Lo que dejaba fuera a demasiadas bandas, sobre todo a los indies. Me explicó una vez el Arturo, "mira, estos suenan así porque es fi", o "lo-fi", no recuerdo, pero desde ese día supe alejarme de esa fórmula musical para siempre.

Quizá todo podría arreglarse con una mejor disposición y varias vueltas a los discos; después de todo, yo tenía una idea específica de Pink Floyd hasta que escuché varias veces el disco 1 de The Wall, y fue entonces que supe que había algo más que las nociones primitivas que tenía hasta el momento (aunque desgraciadamente no del todo, porque la época de Barret y similares ondas espaciales no dejan de parecerme mariguanadas roñosas sin ningún valor). Pero no se. Mi concepto de la música es muy sencillo, y no difiere demasiado del de la literatura o el del cine: it's all about the fun. La belleza en la música es lo más fácilmente identificable del mundo, y yo la encuentro rara vez. Siempre he sentido que la música debería ir hacia un lado, pero las nuevas bandas no tienen ni idea. Como esa cosa que le dicen Emo, que pasan todas las noches en MTV, y no son más que chavitos gritando... literalmente "i feel angst woe is me feel my pain". Get a grip. Es como que si te patearan la cabeza repetidamente por tres minutos o lo que dure la canción (casi nunca duran más: no les alcanza cerebro).

Lo que trajo la ruina a la música fue el rap. Arruinó casi todo, hasta el pop. Ahora todas las canciones son así: alguien habla muy rápido entre sampleados de algo genuinamente melódico, como Aerosmith o Led Zeppelin. Fuck that. Me quedo con gente que aprendió a hacer música en el conservatorio, y luego empezó a hacer speed metal.

Todas las bandas que alguna vez ocuparon todo mi tiempo siguen siendo muy especiales para mi. U2, entre War y Achtung Baby. Smashing Pumpkins, y Siamese Dream y Mellon etcétera. Pink Floyd y todo lo que tuvo a Waters al frente. Iron Maiden, menos... nada, porque siempre han sonado igual. Y sigo recogiendo cosas aquí y allá, como un par de canciones de HIM, que me parece una banda espantosa, pero tiene sus usos. O Interpol, aunque probablemente me gustan sus canciones menos populares.

Pero, a final de cuentas, la música no es tan importante para mí como para escarbar el éter en busca de algo verdaderamente valioso. Eso se lo dejo a los expertos.

Yo... mejor de vuelta al cine y los juegos.


Now playing



Elsewhere










Archives


Contact me