Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




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Monterrey es un frijol

Aunque tuve la intención, por diversas razones no pude asistir al debate sobre la violencia en los videojuegos que organizó Virtual Zone. Esto fue principalmente porque en la mañana de ese lunes libré una dura batalla contra el lento internet de la casa, por lo que me quedé dormido toda la tarde. Pensé que, finalmente, mi presencia iba a estar de más, porque me habían insinuado que el panel se iba a componer de jugadores, padres de familia y un psicólogo. Quién sabe si fuera a caber en el estudio, mucho menos estar a cuadro.

Hoy se transmitió ese programa y tuve que ver con mis propios ojos lo que apareció en The Flags, above them: Adrián Ruiz fue el psicólogo invitado. ¿Qué probabilidades había de que algo así pasara? Adrián trabajó en el área de Redacción de Milenio en línea hasta hace poco, y aunque nunca tuve mucho trato con él, sí lo veía todos los días (aparte de que era amigo de Arturo, lo que lo hace una especie de amigo segundo, o algo). Sí sabía que era psicólogo y que trabajaba en la Gran Familia, pero cómo es que fue a dar al mismo programa que yo iba a asistir, no tengo idea. Si me lo hubiera encontrado ahí, hubiera sido de lo más freaky.

Aparentemente la multitud de invitados no se materializó, y sólo estuvieron Fer, Óscar, Adrián y Alejandro, uno de sus televidentes más asiduos. Hubo mucha música fresa en el fondo... ¿acaso escuché "Don't speak", de No Doubt, en una ocasión? Adrián se portó bastante bien, respondiendo preguntas que en su mayoría tenían telegrafiada la respuesta. Al final, la naturaleza del tema y las preguntas no daban para más que variaciones de "depende de cada persona", y aunque no se ofrecieron soluciones concretas, el programa acabó con que se requiere más responsabilidad por parte de los padres.

Me hubiera gustado más ver el rol del comercio en el problema, y que se propusiera que los mismos establecimientos ejercieran un control más rígido sobre los juegos que se venden de acuerdo a las clasificaciones. Por otro lado, un contraejemplo perfecto a las acusaciones de influencia negativa hubiera sido mencionar la labor de Penny Arcade en su campaña Child's Play. Pero bueno, fue mi culpa por no haber asistido. Ahí para la próxima.

Y aunque detesto corregir: los videojuegos nacieron en América, no Japón. Ojo.


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