Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




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La vida con el PS2

ICO.
El Playstation 2 llegó, pasé tiempo con él, y tengo comentarios. Ya saben cómo va esto.

A Sara a veces le gusta decirme, "que diría el Pedro de la prepa...", que es su manera de decirme, "haz cambiado, viejo". Cuando me conoció, apenas me estaba limpiando mi actitud punkerilla rockera, y marcas quedaban pocas: me había cortado casi todo el cabello largo, mis orejas seguían perforadas pero ya no les colgaba nada, estaba ganando peso y por ello, me había dejado de poner sombra en los ojos y pintarne las uñas de negro. Solía ser un espectro, y no me da pena porque en ese entonces no habían nacido los darkies... o al menos no abundaban, como hoy. Escuchaba mucho a Pink Floyd y a White Zombie. Jugaba Play cuando lo popular era el 64.

La que sería mi novia confundió mi apariencia andrajosa con otra cosa, por lo que cuando comencé a comprar ropa y visitar todas las semanas el mall, me decía, medio en burla, eso de "que diría el Pedro de la prepa... si te viera ahora tan burgués". A mí siempre me dio risa el comentario, porque yo nunca levanté mi puño contra "The Man", ni me ponía playeras del Che: yo siempre había sido un ávido consumidor, volando con alas de capitalismo, y si parecía comunista era porque no me gastaba el dinero en cortes de pelo o camisas Polo, sino que todo lo invertía en música y videojuegos.

Pero si, su comentario ahora viene al caso. Principios, sí tenía. En cuestiones frívolas, claro, pero principios al fin y al cabo. En cuanto me convenció el Dreamcast de lo maravilloso que era, me aferré a él y no lo solté hasta que le llegó su prematura muerte, maldiciendo siempre todo lo que pudo estar en su contra. La mayor amenaza, y lo que en gran medida llevó a la consola de Sega a su tumba, siempre fue el Playstation 2. Escupí la siglas PS2. Mi dinero nunca volvería a Sony, decidí en algún momento.

Pero después de todos estos años, uno crece, y se da cuenta de que las guerras de consolas son impulsadas por niños y por aquellos que no tienen el dinero para obtener todo lo que ofrece el mercado de los videojuegos. Empezó con el Gamecube, y unos títulos exclusivos que resultaron ser demasiado irresistibles como para no adquirir finalmente la consola. Luego ya, me puse a ver objetivamente, y me di cuenta de que no hay razón para envidiar el puñado de juegos exclusivos de Sony. No cuando se tienen 12 meses sin intereses y 30% de descuento.

Katamari Damacy.
Así como Viewtiful Joe y Metal Gear Solid me convencieron con el argumento de que jamás iba a poder jugarlos en el Xbox, Sony tiene bajo la manga algunos de los juegos más exquisitos de esta generación. De su propia cosecha, el primer objeto de deseo siempre fue Ico. Siempre que pensaba en él me parecía absurdo el negarme el placer de jugarlo, pero no me decidía a dar el gran paso. Luego vino Siren, ese juego que como experiencia es absolutamente terrorífico, pero como juego es bastante mediocre... pero que de todos modos me llamó muchísimo la atención. Las razones se fueron apilando, cada una estampada con el sello "exclusivo": Katamari Damacy, Chulip, Virtua Fighter 4 Evolution, Devil May Cry, Metal Gear Solid 3... y, eventualmente, nIco, la secuela de Ico. Así que ahora tengo un Playstation 2. Incluso Sega produce ya juegos para la consola de Sony, por lo que ya se sentía raro guardar rencor por la destrucción del Dreamcast.

Pero que quede claro: si finalmente me doblé, fue sólo por los juegos. La verdad, había demasiadas cosas que quería jugar en el Playstation 2. Kinji Fukasaku dirijió Clock Tower 3: sólo para PS2. Las dos partes de Zone of the Enders, de Hideo Kojima, están firmemente plantadas en el PS2, también. Tecmo parece no tener intención de lanzar Rygar en ninguna otra plataforma. Jamás sabría qué sucede en Silent Hill 3 si me quedo sólo con el Cube y el Xbox. Finalmente, hay un catálogo entero de juegos de PSOne que nunca pude jugar: Final Fantasy IX, Skullmonkeys, Vib Ribbon, etc.

Mis críticas de la máquina siguen intactas, empero, y al pasar tiempo con ella no rompió mis expectativas. Se trata de la consola más primitiva de las tres, en términos de gráficos y procesamiento, y no hay vuelta de hoja. Ico, un juego bellísimo en su diseño de arte, tiene la desgracia de compartir la baja resolución de muchos de los primeros juegos del PS2. Incluso Sara lo notó, y aunque yo no supe identificar el problema de inmediato, haciendo un poco de investigación salió la desagradable sorpresa de que muchos juegos de primera y segunda generación tienen menos líneas de resolución que cualquier juego estándar del Xbox o el Gamecube. El efecto es horrible, como si se estuviera viendo todo a través de unas rejillas.

He podido jugar dos títulos que corren a resoluciones más altas, Dead or Alive 2 Ultimate y Devil May Cry, pero éstos no están exentos de problemas. Más que nada, confirman el hecho de que el Playstation 2 jamás se libró de los jaggies, ese efecto escalonado ocasionado por la carencia de antialiasing. Tengo conectada la consola a la tele con cables de S-Video, por lo que la imagen es más nítida y precisa, así que los bordes filosos de las gráficas resaltan todavía más. Me falta ver lo juegos verdaderamente nuevos, pero hasta el momento, aunque he jugado juegos buenos, los tres tienen dificultades técnicas que hacen algo de mella en su atractivo visual.

Al menos para alguien tan obsesivo en esas cosas como yo. Pero Sara ya me dijo que no estoy loco y que ella también lo ve. Fiu.

Chulip.
Hablando de, Devil May Cry rockea. Sara me regaló el cambio del DOA 2 (porque la verdad prefieron la versión del Dreamcast --SEGA FO LIFE, FOO!) y pues le di tacha a uno de los primeros en mi wishlist. Al juego ya se le notan los añitos, pero ya me dijeron que mejor me aleje de la secuela, que éste está mucho mejor.

(Cuando estaba haciendo el cambio, le platicaba a Sara que posiblemente a ella le gustaría Animal Crossing, para Gamecube. De verdad lo creo. El del puesto le preguntó a Sara que si ella jugaba, y ella le dijo que sí, aunque no muy bien. Yo confesé que ella me pone una arrastrada en Dr. Mario. El comerciante me recomendó, tal como lo hizo Chris Charla en la sección de cartas del difunto Daily Radar: cásate con ella. Y yo: pues duh. No creo que vaya a conocer a otra chava bonita, inteligente, y que haya terminado Legend of Zelda: A link to the Past.)

Me ocuparé de estos dos juegos, Ico y Devil May Cry, ahora que ya terminé Ninja Gaiden y Max Payne 2. Manhunt me estaba deprimiendo. Sigue como número uno en mi lista MGS: The twin Snakes, pero puede que ése lo compre en McAllen el mes que entra.

Así que ¿qué diría el yo de la prepa si me viera ahora, desentendiéndome de cualquier lealtad hacia una sola consola? Yo creo que comprobaría que, simplemente, adoro los videojuegos. Eso es todo.

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