Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




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Van Helsing

Siempre que quiero que alguien se confunda con respecto a mis gustos sobre cine, saco a relucir lo mucho, muchísimo que me gusta The Mummy. No que sea una película horrible a los ojos de la mayoría, ni mucho menos, pero estoy seguro que muy pocos piensan en esa película como algo que valga la pena recordar, ya no digamos la vanguardia en lo que deberían ser las películas de aventura. Yo sí. Quedé maravillado con su candor, su ausencia de malicia y su irresistible afán de divertir y entretener sin tomar poses cínicas o de autoconsciencia. Era fantasía de matiné, de la que uno diría que ya estamos hartos pero que en realidad no se ha visto desde hace muchos años.

Cuando vi los primeros trailers de The Mummy Returns me sentí genuinamente emocionado, porque todo parecía indicar que se trataba de una secuela más grande, más espectacular y más estridente. No me equivoqué, y acabé disfrutando la cinta como no tienen idea. Pero, en el fondo, sentía que algo había cambiado. No estaba seguro de lo que era; aunque The Mummy Returns me sigue pareciendo una excelente película, está lejos de tener el mismo calibre de su antecesora.

Ahora, después de ver Van Helsing, ya no me queda duda de lo que le pasó a Stephen Sommers. Aunque estaba muy emocionado cuando entré al cine, temía que, de confirmarse una pequeña sospecha que se estaba gestando en un rincón de mi cabeza, la historia sería muy diferente al salir de la sala.

La idea era genial, desde luego: soltar en una misma película a Drácula, el monstruo de Frankenstein, y al Hombre Lobo, y meter a Wolverine a poner orden. Al menos como premisa, era mil veces más interesante que The League of Extraordinary Gentlemen, y siempre se podía contar con el añadido de que sería un "homenaje a las cintas clásicas de la Universal". Que chistoso: yo vi las tres, The Wolfman, Frankenstein y Dracula, enteritas, en el Galimatías de Trino que salía en Blanco y Negro. Ahí donde el monstruo de Frankenstein era Pati Chapoy y el Hombre Lobo era Diego Fernández de Cevallos.

En fin, Van Helsing, que no es el Van Helsing, pero igual sí es un Van Helsing (hey, no me pregunten, los que se complicaron la vida fueron ellos) es un cazador de monstruos patrocinado por una rama de la iglesia católica allá en el siglo XIX. Se le da la misión de ir a Rumania a defender de Drácula a los últimos descendientes de una familia, Anna (Kate Beckinsale) y su hermano, quien es irrelevante. Ya ahí, convenientemente, resulta que el monstruo de Frankenstein y el Hombre Lobo están conectados con un plan de Drácula para dominar el mundo... o Europa, al menos.

Suena divertido, ¿no? ¡Y casi lo es! Si he llegado a detestar algo de esa vaga bestia amorfa llamada Hollywood, es la pobreza y poca originalidad de sus guiones más recientes. La fuerza con la que se afianzan a fórmulas seguras y predecibles le ha quitado la vida al cine norteamericano comercial, y creo que es su falla más dura. Por eso le hago el feo a Tarantino porque, en lugar de salir con cosas nuevas, ahí viene a reciclar ideas viejas. ¡Plop!

Entonces llega una película que, como un niño, propone: "¿quién ganaría en una pelea, Drácula o el Hombre Lobo?" Y yo digo, ¡bienvenida! "¿Qué tal si metemos también a "la creatura", que todos se mueren por decirle Frankenstein pero no pueden, y ponerlo tal cual debe ser, con pedazos que se le desprenden y con entrañas de relojería que funcionan con rayos de electricidad?" ¡Ja, súper! "Y que haya miles de creaturas como las momias pigmeas de The Mummy Returns, pero que vuelan, y unos jawas esquimales, y unas nenas voluptuosas que se convierten en gárgolas (más o menos) y una ballesta ametralladora..." ¡Hasta yo pondría 200 pesos para producirla!

Y me gusta, me gusta la idea de que Sommers dijo, ¿cuál es la fantasía más loca en la que podemos meter a estos monstruos?, y les hizo una trama medio desquiciada, con un cazador que tiene a su propio "Q" al lado proporcionándole tecnología medieval de punta. Si algo todavía tiene Sommers es ese afán de querer impresionar, de entretener, de no ponerse tapujos a la hora de decidir si algo es demasiado fantasioso... sino que dice, ¡GO! ¡Más loquera, más efectos, más fuegos artificiales, y más relámpagos y aullidos en Dolby Digital! ¡Que Industrial Light and Magic se de gusto jugando con las tomas de Jackman y Beckinsale en pantalla azul, hasta que sobrecarguen sus estaciones de CGI! ¡Echemos la casa por la ventana!

Y desgraciadamente, no funciona.

En pocas palabras, Van Helsing sufre de una débil construcción de personajes, y de un guión que se ocupa más de conectar secuencias de acción que en contar una historia. Ése era exactamente el mismo problema de The Mummy Returns: era una montaña rusa de acción y efectos pero que en el fondo no contaba gran cosa. Lo que salvaba milagrosamente a The Mummy Returns era que los personajes ya habían sido sólidamnte definidos en The Mummy, por lo que al iniciar la secuela el lazo entre el espectador y los héroes y villanos ya estaba ahí... suponiendo que el espectador hubiera visto la primera, claro. Por eso The Mummy Returns podía darse el lujo de ser un add-on, una serie de aventuras exageradas que encajaban cómodamente en un marco que ya había sido establecido anteriormente.

Van Helsing no puede darse ese lujo, y sepa qué le pasó a Sommers que no pudo construir un personaje tan bien delineado como Rick O'Conell, pero ahora para Hugh Jackman. Todo parece indicar que tenía tantas ideas para secuencias de acción, que el poquísimo espacio dedicado a la exposición no da lugar a crear personajes ricos, o al menos interesantes. Hugh Jackman, casi siempre una roca de la cual un espectador se puede afianzar, no tiene nada con qué trabajar en su rol de Van Helsing. Vale, es un hombre que no conoce su pasado... ¿pero había que hacerlo tan seco como para poder reemplazarlo con un pedazo de cartón? Ni hablar de Kate Beckinsale, que siempre me ha parecido la tipa más desabrida desde que la vi en Breakdown Palace, y que tiene el papel femenino menos definido en años... Ninguno de los dos logra una conexión con el espectador, por lo que todo lo que sigue en la hora y media después de conocerlos no tiene la resonancia con la que debería contar. Debería estar mordiéndome las uñas viéndolos jugarse la vida en el trapecio, o cuando un Hombre Lobo se trepa a su carreta envuelta en llamas... pero en vez de eso, resultan escenas modestamente entretenidas. Porque, ¿en realidad quiero saber más sobre el pasado de Van Helsing? ¿En realidad quiero salvar el alma inmortal de la familia de Anna? O vaya: ¿en realidad me interesa que no los parta un rayo en la torre de Drácula?

Y es que el tratamiento de Sommers para plantear el fondo de los personajes es de lo más pobre. Volviendo a lo mismo, diálogos como éste fueron uno de los errores más grandes de The Mummy Returns:

- Te he dicho mil veces que...

- ...que debo trabajar en secreto, porque la organización debe permanecer oculta.

- ¿Y si ya lo sabes, porque tanto destrozo? ¿Acaso debo repetirte que de nosotros depende que conozcas más de tu pasado, y por eso trabajas para nosotros?

Eso de deletrearle las motivaciones de los personajes al público es, para parafrasear al monstruo de Frankenstein: ¡¡BAAAAD!!. ¡Contrajemplo!: en el primer episodio de la nueva temporada de 24, vemos a Tony y Michelle trabajando juntos. Casualmente, la cámara toma sus manos: ¡argollas de matrimonio! ¡Están casados, la relación que inició la temporada pasada rindió frutos! Y sin que ellos dijeran "abre este folder, mi vida" o algo así. That, my friends... is awesome.

Podría hablar de otras fallas, pero básicamente todas parten de esta débil construcción de personajes que menciono. Simplemente, la película no emociona, porque no hay razón para emocionarse. Después de un rato yo ya nomás estaba entretenido con las secuencias de acción, cada una más inverosímil que la anterior, en un nivel en el que pensaba, "je, que buena idea", pero poco más. Hacia el final, la película se convierte en un circo de tres pistas que desemboca en un desenlace que se ve venir desde media hora antes. Vaya, si la película va a empezar con un planteamiento simplista y unidimensional, tampoco se puede esperar un clímax inteligente o algo así.

Pero por favor, espero que en el dvd quiten la última secuencia de la película, que es lo más cursi y naco que se les pudo haber ocurrido. El que comparó esa parte al bebé en el sol de los Teletubbies dio en el clavo. Yo pensé, rocanrol, esto se va acabar como esa parte en Conan the Barbarian, pero ¡no! Hasta el final de Harry y los Henderson está más emotivo que esa farsa de cierre.

No me pareció terrible, después de todo, sino sólo decepcionante. Está entretenida, pero con un linaje como el que tiene Sommers, ésta pudo haber sido su película más grande. A la próxima: - acción, + exposición. Espero que para Van Helsing II (vs. el Hombre Rana, la novia de Frankenstein y Robovampire, obvio) Sommers haga caso a mi humilde sugerencia.

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