Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




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La triste historia del Tigre Toño

Como mencioné en algún post a principios de este año, soy algo aficionado a comer Zucaritas de Kellog's. A últimas fechas mi gusto por este cereal ha decaído, pues me parece que algo le han cambiado a la fórmula, tanto a las Zucaritas mexicanas como a los Frosted Flakes americanos. O quién sabe, quizá el que ha cambiado soy yo. Las Zucaritas mexicanas me parecen muy duras, y las gringas demasiado delgadas y pastosas. Ahora lo que más como son Choco Krispis y Froot Loops.

Pero sí, hasta hace poco, y por cerca de 17 años, las hojuelas de maíz escarchadas con azúcar fueron parte integral de mi dieta. Siempre de Kellog's, claro. Las de Maizoro bien pudieron haber sido costras viejas y caspa comprimida. Una feliz ocasión fue cuando Sara me trajo de Denver una caja de Frosted Flakes, en el 2000. De ahí comenzó una bonita tradición en la que cada vez que Sara visitaba Estados Unidos (yo era un indio sin pasaporte en esos días) me traía una caja del cereal.

Yo comencé a coleccionar estas cajas.

La verdad no tengo muchas. Sara no iba tanto para allá. Quizá por eso se me hizo fácil guardarlas en un rincón. O sea, son viles cajas del mismo cereal que venden en Azcúnaga, pero el hecho de que fueran de otro país me fascinaba de alguna manera. No es de extrañar, conociendo los extremos a los que he llegado en cuestión de cajas de cereal gringo.

A principios del 2002, un día en el que estaba acomodando las cajas en orden cronológico, me di cuenta de algo alarmante. La imagen del tigre Toño (en este caso, Tony the Tiger) en algunas cajas era diferente. Es bien sabido que las compañías de cereales cambian regularmente las "portadas" de sus productos, sobre todo si quieren que Shrek y Burro se asomen detrás de un plato. Pero esto era diferente. Eran diferencias sutiles. Algo estaba pasando.

Para explicar mejor este misterio, qué mejor que apoyarme en prueba fotográfica, para que no me crean un loco. Las siguientes imágenes las saqué con un micro-escáner de bulbos, por lo que algunas orillas de las cajas más grandes no se capturaron del todo. Pero eso sí, no fueron alteradas en lo absoluto. Qué flojera andar moviendole a unas cajas de Zucaritas nomás para tener algo que poner en el blog.


Aquí tenemos a Tony, tal y como lucía en el año 2000. Un tigre joven, sonriente y vigoroso, que llenaba con su rotunda faz la superficie de la caja y nos aseguraba que su contenido era "Gr-r-reat!" Poco sospechaba el pobre personaje los difíciles cambios que habría de sufrir en los próximos años.


Ésta es la foto de una de las cajas que Sara me trajo dos años después, cuando comenzó a visitar McAllen con más frecuencia. Cualquiera de poca memoria diría que es exactamente la misma caja, pero nosotros, que tenemos un punto de comparación, sabemos que no es cierto. Tony de pronto se ve relegado a la parte izquierda de la caja, obligado a compartir el escenario con un plato de las nominales Zucaritas mientras son atacadas por una fresa que hace saltar la leche de forma sugestiva. Quizá Kellog's comenzó a tener quejas de clientes que se sintieron engañados al no encontrar a un tigre de caricatura dentro de la caja. Como haya sido, Tony se ve más empequeñecido, y su discurso se percibe un poco más lejano.


Ok, si están observando con atención, esto es sutil pero definitivamente freaky. En esta caja de finales del 2003, Tony está aún más a la izquierda, evidenciado por la nula visibilidad de su oreja derecha. ¿Es mi imaginación, o se ve preocupado? Si no lo está, definitivamente debería.

En este punto ya era demasiado el espacio azul que estaba quedando en el resto de la caja, y en un burdo esfuerzo por cubir este hecho, utilizaron ese espacio para una promoción de calcomanías. No engañan a nadie (aunque el sticker de "Earn your stripes" está bastante "prendido"): nótese que el plato de Zucaritas es perceptiblemente más grande que el del año anterior.

Como dije, de un tiempo para acá dejé de comer Zucaritas. Cuando por fin pude visitar McAllen, fui directo hacia los Froot Loops y ni me fijé si tenían Frosted Flakes. Así que había pasado bastante tiempo en lo que no había visto que otros cambios habría sufrido la caja de Zucaritas.

Hoy, mientras estaba desordenando la alacena buscando algo de comida que no requiriera cocinar, descubrí una caja nueva, sin abrir, de Zucaritas mexicanas:


El plato... enorme. Un enrejado inexplicable. El puño forcejeante...

Qué miedo.

1 Comments:

Vaya cosa.

Durante años fui un fiel consumidor de zucaritas, y a últimas fechas no me han encantado tanto. He tratado de que me sigan gustando, porque es lo que felizmente cenaba con mi abuelita algunas noches, pero no es lo mismo que antes.

Estoy totalmente de acuerdo contigo. Algo está pasando y no me está gustando.

By Anonymous Anonymous, at 1:58 pm  

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