Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




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Hero

So, there you go. Un dvd menos que comprar.

Lo más irritante (porque no me pareció mala, abominable, execrable, no: irritante, es la palabra) es que se trata de una película hecha de China, para Estados Unidos. Un Crouching Tiger 2. Toda la mano del dinero gringo, combinada con unas indulgencias que no le conocía a Zhang Yimou.

Desde el persistente deja-vu del soundtrack de Tan Dun, hasta la inclusión innecesaria de Zhang Ziyi (al menos estaremos de acuerdo en que su personaje está de más), Hero es el otro lado de la moneda de la influencia de la cinta de Ang Lee. Mientras a muchos nos abrió los ojos a todo un universo cinematográfico hasta entonces desconocido, la siguiente gran cinta asiática que un gran estudio (en este caso, Miramax) decide traer a América es... más de lo mismo. Y al mismo tiempo, menos. Porque aunque el atractivo de Crouching Tiger, Hidden Dragon ha ido disminuyendo a mis ojos poco a poco, al menos tiene una sustancia que sostiene su incómoda mezcla de acción y drama. Hero es una cinta obsesionada con su forma, olvidando por completo su fondo.

Está, por ejemplo, el constante afán por la simetría en su composición, cuando en realidad lo que debería buscar es el balance. Contratar a Christopher Doyle como director de fotografía ya parece un switch si quieres que tu película tenga "belleza visual", pero en una historia tan poco envolvente, su apabullante uso y manipulación del color resulta gratuito, forzado. Como si al momento de ver las inmensas telas vaporosas cayendo en el salón del trono, la cinta dijera: "aquí es donde dices: wooow".

Tony Leung, Jet Li y Maggie Cheung tienen un carisma que hasta viéndolos en una foto caen bien. Pero en Hero, sólo pueden depender de este ángel, y nada más, ya que sus personajes son unidimensionales, completamente planos. La decisión de narrar la cinta en una especie de confesionario vagamente a lo Rashomon complica las cosas ya que se nos presentan distintas caras de los implicados, por lo cual yo no pude hacerme de una opinión sólida de ninguno. Al final, supuestamente toma lugar una gran tragedia... pero yo no sentía nada por esta gente. ¿Cómo sentir algo por ellos, si realmente nunca los conocimos?

Al final, no tuve claro cuál era el punto de la película. ¿Nacionalismo? Es una propuesta muy valiente, considerando que se trata de una pieza de revisionismo radical. En cuestiones históricas está difícil saber qué sucedió y qué no, e imagino que partieron de los "hechos" conocidos: hubo un intento de asesinato que no tuvo éxito. La versión que se apega de manera más fiel a los hechos históricos (según) es la exquisita The Emperor and the Assassin, de Chen Kaige, e incluso Stephen Chow hace un chiste sobre este asunto en The Royal Tramp. El emperador de Qin era visto como un tirano por sus sangrientas campañas a favor de unificar China, y en la cinta de Kaige se le pinta como alguien que empieza a perder la razón por cumplir su misión. La forma en la que lo iban a asesinar es también mucho más burda de lo que poéticamente aparece en Hero: habían escondido una daga en un mapa enrollado. La ejecución fue torpe y el asesino frustrado fue ejecutado al momento.

¿Qué habrán sentido en China, en Hong Kong, al ver esta interpretación de la historia? ¿Será Hero, acaso, el Zapata: El sueño del héroe de China?

Hero quiso ser una mezcla de la forma de Ashes of Time de Wong Kar Wai con el fondo de The Emperor and the Assassin. Pero le faltó emular lo que estas dos cintas hacen muy bien, de muy distintas formas: personajes sólidos, ricos, por los que uno se interesa. Kaige lo hizo tomándose su tiempo, haciéndonos pasar tres fascinantes horas con el emperador, la concubina y el asesino. Wong Kar Wai lo hizo con sus detallitos, con sus elipsis, con las conexiones oblicuas entre los personajes y la trágica soledad inherente del género wuxia que los persigue a todos.

En general, la cinta es disfrutable, si no se le trata de comparar con...uh... estas dos con la que la acabo de comparar. Es sólo que distrae tanto el afán de la cinta por ser artística, al grado que llega a la caricatura. Tiene toda la pinta de ser una historía trágica y épica. Pero es sólo eso: la pinta. Las cintas de artes marciales más importantes y bellas de la historia se caracterizan por la falta de autoconsciencia de lo revolucionarias que son. Tsui Hark, en particular, con Once upon a Time in China y Peking Opera Blues, entre otras, logró imprimir a sus cintas un comentario social, un rico vocabulario cinematográfico y una ambientación impecable; pero ante todo, siempre se preocupó por hacer películas entretenidas, divertidas. Buen cine, vaya.

Hero es todo lo contrario. Una fachada bonita y con sentimiento de autoimportancia, pero sin una película memorable que ofrecer detrás de ella. Lástima.

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