NO TE OIGO, ES QUE ESTÁ MUY FUERTE
Ayer me la pasé gritando para hacerme escuchar bajo un estridente manto de U2, G'n'R, Apocalyptica y Rammstein. Ah, y unos minutos del
Pulse de Pink Floyd antes de que fuera quitado violenta pero democráticamente. Y... HIM, para los niños. El resultado fue que ahora cada que abro la boca para decir algo, se me sale un gallito que hace las delicias de los presentes.
Como ya me están cuestionando si apenas me está cambiando la voz, me pregunto si la razón por la que no tengo una voz resonante e imponente hoy en día es que no he gritado lo suficiente en la vida. ¡Puede ser! Pero no voy a empezar ahora. Ya hacen los controles lo suficientemente duraderos como para que me pueda desquitar con ellos y no con la cuerdas vocales.