Un oasis corrupto
El escapismo siempre ha sido mi forma de ayudar a quienes pasan tiempos difíciles.
Cuando una noche cierto amigo fue a mi casa a contarme que su novia lo dejó, intenté distraerlo del tema con grandes cantidades de pizza y
Soul Blade. Cuando falleció un familiar de mi esposa, toda la tarde me la pasé contando chistes, recordando episodios de
Los Simpsons y evitando cualquier alusión al tema. Siempre me ha preocupado que quizá ésa no era la ayuda que ellos necesitaban. Quizá necesitaban un consejo. Quizá necesitaban hablar, o llorar. Desahogarse. Pero, no sé... yo no funciono así, supongo.
Y hoy abordé a otro amigo mío, no porque me naciera, sino porque alguien tuvo la osadía de regañarme: "habla con él, anda de bajada... se supone que eres su amigo". Yo ni doy consejos, ni me meto en donde no me hablan. Pero pensé que casi siempre lo único que hacemos cuando me visita es ver películas y jugar con las consolas. Igual y mi camarada sí había querido comunicarme sus broncas y yo no le había dado la oportunidad.
Le digo con el mayor tacto posible, "¿qué ondas?, me dicen que esto y esto y esto", demostrando más curiosidad que... no sé, una actitud condescendiente de "mano amiga". Pronto me doy cuenta de que sí, hay problemas. Me da detalles. Pero luego, con gesto amargo, me explica por qué no me había contado nada:
"En todos lados, con la familia y amigos, ya saben de este asunto. Todos tienen sus ideas y todos ya sacaron sus conclusiones. No quería que llegara hasta aquí, contigo, en tu casa, porque sólo viniendo aquí es que me puedo zafar de todo eso. Por unas horas, viendo películas, jugando, platicando de cosas mundanas y divertidas, es como si nada de eso existiera."
Mmh.