It's evolution, baby
Hace poco se aprobó no se qué, si una ley o una propuesta de ley, pero lo importante era que la RIAA (Recording Industry Association of America) otra vez estaba a la caza de programas de distribución de archivos por Internet, y a los individuos que los utilizan. Era algo muy pesado, más años de cárcel y fianzas más altas. Ya se imaginarán.
Me puse a pensar en la desesperación de esta asociación, si acaso se darán cuenta de que están peleando una guerra en la que simplemente no pueden ganar. Todos los días, mientras hago las notas de espectáculos, me topo con historias de cantantes o grupos que se lamentan de la agonía de la industria del disco por culpa de la piratería. Es un hecho, hay maneras más fáciles y baratas (por no decir gratuitas) de conseguir música que comprando los lanzamientos oficiales. Y por más medidas legales que quieran tomar contra los "piratas" (y con esto me refiero a los que venden y a los que simplemente lo consiguen para sí), por cada uno que atrapen probablemente aparecen otros 20.
Me puse a pensar que quizá la solución a los problemas de la industria discográfica está en la tecnología. Quizá en un nuevo formato. Es lo que hace la industria de los videojuegos a veces, utilizar medios como el minidvd o los discos UMD para al menos retrasar un poco su distribución ilegal. Pero al final se reduce a que, si puedes escucharlo, es probable que puedas capturarlo. Y si la tecnología para contravenir las medidas preventivas no existe en ese momento, hay cientos de personas trabajando arduamente para que esté disponible la semana próxima. No se puede ganar.
Entonces las cosas van a cambiar, pienso. Quién sabe cómo se vaya a desarrollar este asunto, o qué tan rápido, pero yo creo que lo menos que se avecina es una revisión de la naturaleza del intérprete. Los mismos artistas lo dicen: sacar un disco es pérdida, para las disqueras más que nada, y por eso éstas ya casi no se arriesgan a nuevos lanzamientos. Entonces sacan sus propios discos, como buenos
indies. Y no estoy hablando de bandas de rock: me refiero a Dulce, o Ana Gabriel. Gente que uno supone famosa, y que tienen que volver a la raíz.
A lo que voy es: nadie nunca dijo que los artistas
debían vivir de su arte. Ahora todos se quejan de que les quitan sus derechos y no se qué, pero la gente no siempre ha pagado por la música. Me estoy yendo al Renacimiento o más allá, cuando nadie podía meter cinco composiciones en un objeto sólido y cobrar por él. No me parece, claro, que haya gente que "se beneficie con el esfuerzo de los artistas", como dicen. Pero esto va más bien orientado al hecho de que cualquiera con una computadora puede tener acceso fácilmente y sin pagar un quinto a miles de opciones musicales. No me parece dañino el hecho de que millones de personas estén compartiendo la música de sus artistas favoritos. ¿Qué no para eso son músicos los músicos? ¿Para compartir lo que tienen con la mayor gente posible?
Creo que fue Janis Ian quien dijo que, después de todo, ella casi no sacaba nada de ganancias con sus discos: la mayor parte se la quedaba la disquera. Donde realmente obtenía con qué comer era en sus presentaciones en vivo. Si quería más dinero, daba más shows. Ella estaba feliz de que gente se encontrara compartiendo su música en ese preciso instante, porque eso quería decir que era más probable que más gente iría a verla en la siguiente ciudad en la que se presentara.
Discúlpenme, pero esto me parece un muy bello orden natural. Que el artista haga dinero haciendo lo que le gusta, tocar frente a una audiencia. Que los discos sean un mero
sampler, y que los fans paguen por la experiencia de presenciar la obra con todos sus sentidos. Si las compañías disqueras quiebran y se dejan de hacer discos, no importa: los músicos no van a desaparecer. Eso sí, se va a purgar de toda la lacra que nada más está en esto por la fama y el negocio. Van a quedar sólo aquellos que lo hacen porque no saben hacer otra cosa, porque es su forma de vida, porque son felices simplemente haciendo música.
It's evolution, baby.