I married a Tetris Master
Sara sigue jugando
Katamari Damacy. Siempre es agradable cuando coincidimos en un videojuego. Ella es algo específica en cuanto a sus gustos:
Pokemon Snap,
Space Channel 5 I y II,
Rez y
Donkey Konga. Juegos de habilidad, sencillos de comprender pero dífíciles de dominar. Justo como el
Katamari. Ah, pero hay una clase de juegos en la que cuenta con un dominio monstruoso. A ella le encantan, a mí también, pero siempre acabo destrozado porque no puedo igualar su habilidad. Estoy hablando de los juegos de
puzzle, específicamente de
Tetris.
Hemos pasado tardes enteras en encuentros de
Bust a Move,
Dr. Mario,
Tetris Attack,
Puzzle Fighter II y
Wario?s Woods (en éste el marcador total es más o menos 140-80 a su favor). Pero creo que jamás le he ganado una partida de
Tetris.
Tetris de combate no difiere mucho del modo de una persona, salvo que al momento de desaparecer dos o más líneas éstas se cargan al contrincante como castigo. Después de un rato, la lucha se concentra en limpiar los tetris que el enemigo te lanza (tetris: desaparecer cuatro líneas juntas) y rebotárselos, para que luego te los regrese, y así, de ida y vuelta. La velocidad va en aumento, y como cualquier juego de
Tetris, casi siempre pierde el primero que se equivoca.
Sara siempre se mantiene tranquila, concentrada, quizá una gota de sudor aparece en su frente cuando la pieza que busca tarda demasiado en salir, pero rápidamente se evapora porque en su cabeza tiene todo fríamente calculado. Yo, invariablemente, en algún momento voy a dejar caer una pieza donde no va, dejando muchos huequitos inaccesibles. Todo el encuentro voy a tratar de llenar esos huequitos, pero la mayoría de las veces no soy tan paciente como para esperar las piezas justas, y por malas decisiones voy creando más huequitos. Cuando mi desastre de juego se va apilando casi hasta el tope de la pantalla, me invade el pánico y coloco más piezas de tal manera que me es imposible recuperarme. Lanzo un grito de frustración. 2P WINS.
Es... buena en esto. Una vez Chris Charla dijo, en la sección de cartas del difunto
Daily Radar, que si encontrabas a una mujer que tuviera todo lo que buscabas, que le gustaran los videojuegos, y no sólo eso, sino que fuera buena en ellos... más te valía casarte con ella. Y aunque a veces tarde en sanar mi ego después de una de esas legendarias palizas, estoy profundamente orgulloso de mi esposa. She rocks. At Tetris. Entre otras cien cosas más.
PD. De ahora en adelante, si ven en el blog una ilustración que parece hecha con Pincelines: yo la hice ;)