Arturo Montiel, maestro del suspenso
Hay un
spot de la campaña de
Roger Waters Arturo Montiel para la contienda por la candidatura priísta a la presidencia de la república. En él aparece un hombre muy apurado, llevando a su esposa del brazo, deteniendo un taxi. Después de meter a la esposa al auto, el hombre le dice al taxista, en un estado de pánico, que es urgente que los lleve al hospital.
"¿Por qué, qué pasó?" le pregunta alarmado el taxista, quien se había bajado para ayudar a la señora a entrar al asiento trasero.
"¡Es mi esposa, va a dar a luz!" le dice el hombre, compunjido.
La esposa se retuerce de dolor en el asiento trasero.
"Caray amigo" le dice el taxista, al ver el estado de la señora "creo que no vamos a llegar al hospital"
El hombre lo mira con terror y desesperanza. Antes de que pueda decir algo, el taxista le dice, levantándose las mangas:
"Pero no se preocupe, yo le ayudo", y se dispone a entrar a la parte trasera del taxi.
"¿Usted?" le pregunta el hombre, con pasmada incredulidad.
El taxista se detiene y se gira a encarar al hombre. En su rostro hay un dejo de vergüenza, como si hubiera tenido que dar la explicación demasiadas veces en el pasado, y aún siguiera sin ser sencillo:
"Es que yo soy doctor..." y en eso se corta la imagen. Arturo Montiel sostiene un control remoto y comienza a decir algo sobre el desempleo en México.
Espérame.
Pérame, pérame, pérame, pérame,
PÉRAME.
¿Qué pasó con el doctor-taxista? ¿Ayudó a la señora a dar a luz? ¿Le cobró el banderazo por la operación? ¿Tenía siquiera la licencia para manejar un parto al aire libre, evitando así una demanda por delitos a la salud? ¿Cubrió al recién nacido con la playera de Berel que tenía de funda en el asiento delantero?
¡Voto por Arturo Montiel si me dice qué pasó al final!