Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




E-mail this post



Remember me (?)



All personal information that you provide here will be governed by the Privacy Policy of Blogger.com. More...



Dejen fuera de esto a Tom y Jerry


En mi última contribución a 50/50 escribí sobre Story of Ricky:
El resultado es una fantasía masculina que es a la vez gráfica e infantil, justo en el punto medio al que desean llegar Quentin Tarantino (tímido) y Takashi Miike (extremista).
La comparación me pareció agresiva incluso al momento de escribirla, pero no quise perder tiempo contextualizandola de manera más extensa. A lo que me refiero con esta idea es que Quentin Tarantino y Takashi Miike en algún momento han querido explicar el uso de la violencia en sus películas como "cartoon violence", una violencia cosificada y a un nivel de absurdo que no amerita verdadera preocupación.

Por un lado, nunca he pensado que Tarantino siquiera necesite recurrir a esto, porque su violencia es de lo más hueca. Hace poco pasaron en HBO Kill Bill Vol. 1 y dios mío, que aburrimiento con la parte de The House of Blue Leaves. Hasta parecía que estaba viendo una película de King Hu (sin, eh, su majestuosidad poética), en donde los héroes blandían sus espadas como si fueran palos de piñata y los villanos se arrojaban ciegamente a los catorrazos, para luego gritar con una rayita de sangre en la camisa, "muertos". Su violencia es una desdentada, no absurda: no es de tomarse en cuenta simplemente porque es inofensiva.

Miike, por otro lado, tiene un rasgo muy curioso, casi siempre muy molesto: le gusta enterrar el verdadero sentido de sus películas bajo capas y capas de distracciones, donde el elemento del shock eclipsa otros aspectos mucho más importantes. Recuerdo que cuando comenzó a circular Ichi the Killer, argumentó que la violencia era tan exagerada que iba más allá del ámbito de lo realista, y llegaba casi al slap-stick (¿splat-stick?). Y sí, si le escarbas mucho, puedes deconstruir a Ichi hasta desnudarla y descubrir que se trata de una comedia romántica. Pero no puedo negar que la primera vez que la vi me deprimió terriblemente. La comedia de la que habla Miike es conceptual, no una que se aprecie a simple vista. Y no es que espere música de payasos, pero el soundtrack le otorgaba un ambiente lúgubre a toda la película. Si uno lo medita, sí, la idea de un superhéroe que se excita con el dolor descuartizando yakuzas tiene su gracia. En pantalla, sin embargo, la fascinación con el dolor humano es recalcitrante y muy real, porque a final de cuentas es parte integral de la historia.

Story of Ricky es, por otro lado, "cartoon violence" de diccionario. El absurdo es tangible, y no creo que nadie sienta deseos de justificar la sangre y destripamientos porque es evidente que es una fantasía. Hasta pondría a niños de 5 años a verla, confiado en que incluso ellos encontrarían risible el querer imitar a Ricky (aunque me encantaría ver a un niño queriendo atravesar una puerta como si fuera de papel aluminio).

1 Comments:

Esta pelicula deberian ponerla TODOS LOS DIAS por la mañana en canal 5 en vez de caricaturas o cosas como Juana la iguana

By Anonymous Anonymous, at 12:56 am  

Post a Comment


Now playing



Elsewhere










Archives


Contact me