Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.




E-mail this post



Remember me (?)



All personal information that you provide here will be governed by the Privacy Policy of Blogger.com. More...



El mundo de adeveras comienza a estorbar

Estábamos Sara y yo haciendo sandwiches en la madrugada, quejándonos de varias cosas que no habíamos podido hacer recientemente. Me enojé por unos segundos con la situación. ¿Por qué de un tiempo acá habíamos estado tan ocupados? Si ya no vamos a la escuela, y mantenemos cero vida social, la vida ahora debería ser una vacación permanente, en donde si acaso lo más molesto es que ocupamos nuestras noches corrigiendo a ineptos "periodistas" locales y leyendo comics en línea. ¿Qué pasó?

Pasa que ahora hay mierda burocrática del trabajo interfiriendo con nuestra vida privada, fuera del horario de oficina. Lo cual es indignante. Me hace recordar a esa amiga de Sara que constantemente le cancela salidas porque está ocupada con cosas del trabajo. Ésa que siempre me dan ganas de zarandearla y gritarle "¡úbicate mujer, piensa para qué diablos estás trabajando tanto, si a lo que llevas no se le puede llamar vida!" El prospecto de no poder tener espacios sagrados durante el día, inamovibles para utilizar a mi antojo, es simplemente abominable.

Luego está el asunto del insomnio, la razón por la que estoy escribiendo a medio día cuando todavía debería estar dormido por tres horas más, que ha trastocado mi horario desde aquella terrible, terrible semana en el trabajo. Nunca nos había dado tantos y tan desagradables reveses nuestro empleo, y después de tantas vueltas y preocupaciones, quedé con un patrón de sueño nefasto: dormir cuatro horas, luego despertar completamente, sin posibilidad de volver a dormir hasta las tres de la tarde, y sin poder hacer gran cosa porque mi cuerpo y mente están cansados pero no tengo nada de sueño. Cuando ya por fin no puedo más a las tres de la tarde, duermo lo que resta del día hasta que es hora de volver a trabajar.

Es horrible.

Por último, ha llegado el momento de hacer lo que resta de mi servicio social del Tec, que sólo he podido realizar desde que terminaron las clases. Las opciones están para llorar. Hace dos días mandé un correo a una organización, y hasta hoy me respondieron diciendo que hay mucha demanda y que van a hacer entrevistas para todos los candidatos. Es ridículo, completamente ridículo... pero apretaré los dientes, porque de idiota vuelvo a dar clases alguna vez en mi vida.

Humbug. Stephen Jones tiene razón en "The way you are": si quiero que mi vida siga siendo idílica, como lo había sido hasta hace poco, voy a tener que tomar medidas extremas para mantenerla así. Romper dedos, ponerle un alto a toda esta basura ficticia que se mete con mi vida real.


Now playing



Elsewhere










Archives


Contact me