Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.



No fui al concierto de U2


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Antier, mientras corregía una nota sobre los ensayos de U2 en el estadio del Tec, sentí por primera vez una punzada de arrepentimiento. No me hubiera costado nada conseguir boletos para el concierto: todo me quedaba cerca, no estaban tan caro... y era el inicio de la gira, lo cual podía o no ser interesante. Fue un pensamiento fugaz, un residuo de mi época de fan que llegó a resbalarse bajo una puerta que ya había cerrado desde hace mucho tiempo.

Me froto las sienes con este asunto. En algún momento yo también hubiera estado fascinado por tener esta oportunidad tan al alcance de la mano. Hoy en día, sin embargo, U2 no me dice nada, y no soy tan ocioso como para gastar dinero en simple nostalgia.

U2 fue por mucho tiempo mi banda favorita. Es, ante todo, una banda sincera, técnicamente consistente pero que ha fluctuado en sus convicciones, y su música lo refleja. Existe verdadera pasión y rabia en War, aunque me aburre enormemente el rollo político en la música. Su espiritualidad se ha manifestado de maneras que van desde lo atemorizante, como en October, que raya en rock cristiano, hasta una madurez agradable en The Joshua Tree. Luego tuvo su periodo de infatuación con Estados Unidos, que llevó a Rattle and hum: Bono se distrae fácilmente. Le creo sus buenas intenciones en los últimos dos discos, pero me es difícil simpatizar con su rol de salvador y su cruzada por erradicar todos los males del mundo. No me molestaría si dejara su altruismo fuera del estudio, pero cuando todas sus nuevas canciones suenan a "ya, ya, todo va a estar bien", no puedo evitar sentirme decepcionado.

Siempre he pensado que U2 debió terminar en Achtung Baby!, que muchos rehúsan reconocer como su mejor disco sólo porque con ése se hicieron de toda esa fanaticada fresa que nunca había oído hablar de ellos antes. AB!, en teoría, era una parodia del espíritu del exceso y la molicie, pero lo maravilloso de todo es que descubrieron que la búsqueda espiritual acababa ahí, en dejar arder la pasión hasta consumirte. No había ironía en dejarte arrastrar y explotar con el mundo mismo. La imagen de mega rockstar supuestamente era un chiste, pero era indudable el sentimiento de satisfacción que permitía la indulgencia en el concepto de ZOO TV. Concepto que alargaron mucho más allá del terreno de la sátira, quizá descubriéndose demasiado cómodos en ese rol.

Después de eso ya no tuvieron nada interesante qué decir. Recuerdo un especial de MTV que acompañaba al lanzamiento de POP, donde Bono decía que "éste es el sonido del nuevo milenio", para acto seguido poner "Mofo". Era una época en la que no sabían para dónde jalar, y trataron de montarse en un sonido que ni siquiera duró el año como moda (por la cual jamás tocaron algo remotamente similar a la versión de estudio en sus conciertos). ¿Cómo sigues a lo que fue el soundtrack del fin del mundo?

El 11 de septiembre del 2001 llegó y le dio a Bono algo en qué ocuparse. Pero en sus canciones ya no me comunica nada a mí, que no necesito ser salvado. Como la mujer que alcanza por fin su meta de conseguirse marido, Bono ahora ocupa su tiempo libre en obras de beneficencia. Eso... no me interesa mucho, la verdad.


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