Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.



Maté a mi Xbox


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Black and green screen of doom.
Comúnmente acompañada
de gritos de pánico.
Lo maté con información.

El jueves 20 de abril, técnicamente mi penúltimo día de vacaciones (vacaciones sin incidentes, o repercusiones... al menos por el momento), mi consola Xbox de cuatro años me dijo "no", cuando yo le pedía "por favor". Sin ninguna razón, en la pantalla apareció un mensaje en varios lenguajes que me decía que algo no estaba bien. El mensaje era acompañado por un número, una pequeña pista de lo que podía haber salido mal. Después de investigar un poco, deduje que lo que estaba pasando era que en lugar de la habitación a la que siempre accesaba el Xbox, donde estaban todos mis juguetes, mis discos y mis películas, al abrir la puerta se topaba con a) una pared de ladrillos o b) un precipicio sin fondo. Después varias llamadas telefónicas y un largo viaje fuera de la ciudad que tomó la mayor parte de una mañana triste, se me confirmó que era b): el disco duro de 80 gigas, que estaba lleno hasta el tope de música, videos y juegos, había dejado de funcionar, exhausto.

Curiosamente, siempre pensé que ocurriría lo contrario: que el lector o los circuitos de la consola fallarían y tendría que comprar una nueva, con el consuelo de que al menos podría colocarle ese disco duro, como científico que cuida de su esposa fallecida colocando su cerebro en el cuerpo de una prostituta de la calle que acaba de asesinar. Por el contrario, como esposa de científico, después de casi tres años de abusos diarios, el disco duro del Xbox dijo "¡no más!" y me abandonó, llevandose consigo todas mis cosas.

En este momento histórico específico, en el que tengo acceso a altas velocidades de Internet y los medios para aprovecharlas al máximo, casi todo es recuperable. Me sorprende lo mucho que he llegado a depender del Xbox para mi entretenimiento: en la carpeta de Música, y sólo ahí, tenía todos los discos que había bajado desde el 2004, porque no acostumbro a escuchar música en la laptop de mi casa. Adiós a toda esa música, por el momento. En videos, tenía todos los episodios de las temporadas actuales de nuestras series favoritas: South Park, Doctor Who, Lost, Gilmore girls, Simpsons. Adiós a toda esa TV... por el momento. Los juegos que tenía en el disco duro, casi todos ya los había jugado, y algunos los mantenía ahí sólo porque eran muy grandes para quemarlos. A esos no los extraño, y si por alguna razón deseo revisitarlos, también son fácilmente recuperables.

Todo aquello que obtuve y disfruté tal y como me fue entregado, en realidad no es pérdida, porque con un poco de paciencia volverá a mi. Lo que sí me sacó un largo suspiro cuando me enteré de la noticia fue pensar en mis progresos de cada juego, que se habían mantenido "seguros" dentro de la memoria del Xbox, y que en un instante desaparecieron para siempre. No es tanto el hecho de que, por ejemplo, desee retomar Mercenaries para explorar el modo Playground of Destruction, disponible sólo cuando completas el juego. Para eso existen programas especializados que te permiten bajar de la red partidas completísimas de todos los juegos, con todas las armas y todo el dinero, colocándote justo al final del juego. No, me duele ya no tener la posibilidad de poner, por ejemplo, Ninja Gaiden y ver que tengo a mi nombre la conquista de ese juego. Ya lo había mencionado alguna vez, largo y tendido: eran las marcas que había dejado a mi paso por esas experiencias, únicas, irrepetibles. Esos pequeños archivos, creados por mí en base a horas de esfuerzo, se han ido para siempre.

Autoricé la instalación de un nuevo disco duro de 80 gigas, así como la de un chip físico, para librarme de una vez de todas las pequeñas molestias que lleva consigo un soft-mod. Se me entregó el mismo Xbox viejo y golpeado de vuelta, pero con un interior vírgen, con toda una nueva vida de posibilidades por delante. Me he divertido horrores poniéndolo al día, reconstruyéndolo por dentro a mi gusto. Pagué una fuerte suma por tenerlo funcionando de nuevo, y aunque perdí muchísimas cosas, siento que existe una ganancia que equilibria todo el asunto. Qué peculiar...

5 Comments:

que decir, cuando se pierde la información de tu x-box o pc es lo peor que te puede suceder, a mi solo se perdieron los mail de 6 años del correo de la oficina.....

By Blogger Calobeto, at 5:34 pm  

la neta cuando tengo que formatear un disco duro... es a los 2 dias que me doy cuenta que no necesitaba mucho de lo que estaba ahi adentro.

By Blogger rubas, at 6:19 pm  

coincido con rubas
antes de formatear tienes mucho miedo y luego te das cuenta que casi nada de lo que tenias era tan tan indispensable.
Y se siente muy bien empezar de nuevo desde cero.

By Blogger mario*, at 2:25 pm  

Siento tu pena pedro! =( pero al menos esta tomando tu tiempo para rellenar esa memoria.. y es tiempo que estas disfrutando :D

By Anonymous Anonymous, at 10:35 am  

Y ya ven, ya casi lo tengo igual, sólo que sin tanta basura. Esto del Internet es bien mágico.

By Blogger Kurenai, at 10:34 pm  

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