Ciclos. Han sido una constante en mi vida, quizá como una manera de no cansarme de las cosas, de mantener siempre vivo mi interés. Como sea, mis intereses cambian cada cierto tiempo. No, más bien
las prioridades entre mis intereses son las que se reacomodan: mis gustos permanecen intactos.
El origen de esta página
coincidió con mi renovado interés por los videojuegos, después de un periodo en el que básicamente me había hartado de ellos. Identificando la razón de este hastío, me puse una regla que he cumplido rigurosamente desde entonces: nunca jugar más de un juego al mismo tiempo. Si había otros juegos que me interesaban, los ponía en lista de espera hasta que terminara con el juego en turno. No sólo me permitía establecer un compromiso con el juego, y adentrarme de lleno y sin distracciones en lo que podía ofrecer, sino que me creaba expectativa por la montañita de juegos que se iba formando. Acababa un juego, a veces escribía sobre él aquí, y entonces sí, a disfrutar de una experiencia completamente nueva.
Con
Dragon Quest VIII, la lista de espera terminó. Una vez que terminé
DQ VIII, ya no quedaban más juegos de esta generación que quisiera jugar. O por decirlo de otra manera más positiva, jugué todos los juegos que alguna vez quise jugar. Desde entonces he estado revisitando o probando algunas recomendaciones, pero personalmente, es poco lo nuevo que actualmente me interesa jugar:
Okami,
Dead Rising,
Rule of Rose y algunos juegos del DS... pero nada realmente imprescindible.
Ahora bien, esto no tiene mucho que ver conmigo, con un cansancio del medio. Simplemente, hoy en día la industria de los videojuegos está en un severo estado de transición. No sólo nos encontramos en una época tradicionalmente baja (los lanzamientos interesantes van a llegar hasta cerca de las fiestas decembrinas), sino que la nueva generación de consolas ha creado un vacío accidental en el flujo de nuevas propuestas. La mayoría de las compañias creadoras de juegos estan abandonando las consolas actuales mientras preparan sus juegos para el Wii, el PS3 y el Xbox 360, y los primeros juegos de la nueva generación todavía están tratando de encontrar la manera de sacarle provecho a la tecnología (y con esto me refiero a la realización de ideas originales que no eran posibles en la generación anterior, no a los mismos juegos con gráficas más bonitas). Esto nos deja en una época de sequía particularmente fuerte, de la que se vislumbra su fin,
su verdadero fin, hasta la época navideña... pero del año entrante.
Realmente no es causa de preocupación para mi, porque yo estoy más que feliz de revisitar algunos de los mejores juegos que han salido en los últimos años. Hace poco volví a jugar
Shadow of the Colossus,
MGS3: Snake Eater y
Halo 2, y he descubierto nuevas e interesantes facetas de ellos que no aprecié bien durante la primera vuelta. A falta de propuestas nuevas, la idea de revisitar pronto
Half-life 2,
Mercenaries y
Resident Evil 4 me parece más que suficiente. Vaya, los juegos no desaparecen en cuanto uno los termina: son experiencias que, si el juego es lo suficientemente bueno, valen la pena volver a vivir y que probablemente sean distintas cada vez.
El descubrimiento y exploración de nuevos videojuegos era, sin embargo, lo que me impulsaba a jugar constantemente. Con esta nueva libertad, en la que puedo jugar viejos favoritos al ritmo que yo prefiera, siento que para los videojuegos es momento de entrar en un modo de hibernación. Planeo todavía escribir bastante sobre videojuegos aquí, seguiré jugando cuando pueda y le daré seguimiento al desarrollo de la industria diariamente, pero siento que es momento de dedicarme a otras prioridades, en lo que las nuevas consolas nacen, crecen, y finalmente ofrecen algo que valga la pena. Recientemente he sabido de muchas personas que piensan que han perdido su entusiasmo por los videojuegos, y que creen que es hora de abandonarlos. Yo digo que ahorita simplemente no hay nada que amerite entusiasmarse, pero es sólo cuestión de tiempo. ¡No vendan sus juegos, no quemen las naves! Se van a arrepentir mucho si lo hacen.
Por ahora, algo más se ha tornado más importante... algo que nunca abandoné, simplemente lo dejé dormir por mucho tiempo. Demasiado, quizá. Pero lo dejo para otro post, porque mi nuevo pasatiempo viene cargado con bastante historia.