Had you been there tonight you might know how it feels
to be struck to the bone in a moment of breathless delight.



Ese Kramer tan loco


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El reciente arranque que tuvo Michael Richards contra dos negros que se aburrían con su show despertó de nuevo discusiones que realmente nunca acaban por resolverse, como la excesiva cultura de litigación que existe en Estados Unidos (porque los chavos quedaron tan lastimados que ahora exigen una indemnización) o la semiótica de la palabra "nigger", que dependiendo del contexto es la más fraternal o la más ofensiva. Y también qué se debe hacer con Mel Gibson.

Viendo el desastroso intento de disculpa de un desorientado Richards en el show de Letterman, me doy cuenta de que Kramer no estaba seguro de qué era exactamente por lo que se estaba disculpando. Hay una incredulidad de su parte al darse cuenta de que en ojos de millones de pronto ha quedado reducido a un fracasado racista, en un tremendo estado de confusión porque sabe lo que dijo pero no por qué lo dijo, y al final se culpa a sí mismo por alguna falla en su persona que lo hizo actuar de esa manera.

¿Alguna vez han escuchado a alguien disculparse por haber dicho, en el calor de la discusión, "cosas que no eran ciertas"? Por mucho tiempo esto me pareció una mentira grandísima. Pensaba que en estados de cólera las personas derribaban sus inhibiciones y soltaban lo que verdaderamente pensaban del agredido. Que todo el tiempo en el que se habían llevado tan bien, se habían guardado esos pensamientos malignos y al destapar la cloaca no habían podido evitar que salieran con toda su fuerza.

Si bien pienso que todo ser humano debe responsabilizarse de sus actos, ahora creo también que existe un área gris en el comportamiento humano que le da cierto peso a la excusa de "las cosas que no son ciertas". Creo que existen ocasiones en las que las expresiones hirientes no son sinceras, aún en nuestro mayor nivel de ofuscamiento.

Al momento de sentirnos agredidos o amenazados, utilizamos todas las armas que tenemos a nuestra disposición para defendernos o acabar con esta amenaza. Ante todo, deseamos hacer sufrir al otro por atreverse a hacernos daño. Para muchas personas, la opción más sencilla y cómoda es la de la violencia física. Otros se apoyan en su agudo intelecto o su facilidad con las palabras para atacar a su enemigo. Algunas personas, sin embargo, no pueden recurrir a ninguna de estas herramientas, o la ocasión no lo permite. Es en esos casos donde deben pelear sucio: usando la identidad del otro en su contra.

Al no contar con nada sólido, lógico para lastimar al contrario, en acto de desesperación se recurre a agredir la imagen que el otro pueda sentir de si mismo. Se utilizan agresiones que en realidad pueden no ser ciertas o no molestar en lo absoluto, pero que son elegidas especialmente porque se consideran potencialmente dañinas para el otro. Como por ejemplo, yo no tengo problema con la gente con sobrepeso, pero en un momento de ofuscación total podría recurrir a sobrenombres como "bola de manteca", "marrano" o similares porque se que es probable estos epítetos logren lastimar a mi enemigo, si veo que podría sentire acomplejado por su apariencia. Una vez que estemos más tranquilos los dos, veo también cómo podría avergonzarme por haberle dicho cosas que no sentía realmente, sino que estaban diseñadas para hacerlo sentir mal.

Podría llamársele un comportamiento infantil, burlarse de las deficiencias de otros para resolver un pleito, pero yo más bien lo considero como algo más bien primario, instintivo. Todo ser humano debe aspirar a tener un intelecto lo suficientemente desarrollado como para solucionar los conflictos de manera pacífica, con paciencia y entendimiento. Pero está instalado en nuestro ser un instinto de supervivencia que obliga a defender nuestro ego, a aplastar a quienes lo amenazan a como de lugar.

Por esto puedo imaginar un escenario, en el que Richards, fuera de sí al verse ignorado y/o abucheado, sin la cabeza para hacer una aguda crítica a los agresores, ni la posición para agarrarlos a puñetazos, acudió al colectivo cultural americano y tomó algunos de sus peores elementos con el puro fin de lastimar a sus dos contrincantes. Aludió a la esclavitud de sus antepasados, y los llamó "niggers", la manera más despectiva con la que el blanco puede referirse a los negros. Y al día siguiente, debió afrontar que esta medida desesperada bien le podría costar su carrera.

O a lo mejor si era un racista de clóset. No sé, realmente no trato de disculpar a Michael Richards de lo que dijo. Si fuera el caso, yo no le recriminaría el haber usado palabras ofensivas para ofender a alguien (duh), sino el haber perdido la compostura en un principio. Muchas de las agresiones verbales que se dan y reciben a diario usualmente carecen de sustancia, y sólo están diseñadas para ocasionar un daño sin sentido. Piénsenlo: la frustración y la rabia en su mayoría no son válvulas de escape para las opiniones más sinceras; si acaso, cierran nuestro cerebro y nos hacen lanzarnos hacia el otro agitando los brazos ciegamente, tratando de ocasionar un daño indiscriminado, el que sea. Me parece que entender esto le resta poder a nuestros agresores, pues nos hace conscientes de que muchas de las palabras más hirientes son en realidad patadas de ahogado, el último recurso de quienes no saben defenderse y saben la batalla perdida.

4 Comments:

Me recordó inmediatamente a Bill Hicks perdiendo la cordura en Chicago:

http://www.youtube.com/watch?v=0d9I66mkHXw

Extrañamente no sólo sale bien librado, sino que gracias a esa presentación, se hizo más famoso todavía.

Michael Richards pudo salir ileso si hubiera tenido tacto. De hecho se rinde al final y se baja enojado. Pobrecito.

By Anonymous Anonymous, at 6:35 am  

Ah no, era este, perdón: http://www.youtube.com/watch?v=4xbJ8QhE8Us

By Anonymous Anonymous, at 6:38 am  

De todos modos, fuckin niggas tan delicaditos me salieron

By Blogger Chingasatt, at 8:12 pm  

Son delicaditos a grado sumo los negros (no, no veo nada malo en llamarlos así, y de la misma manera supongo pueden llamarme amarillo por mi apariencia que tengo) En estados unidos hay una falsa cultura de "respeto a la diversidad" en donde no puedes decir, ni hacer ni pensar ciertas o cuales cosas "para no ofender a una persona y/o grupo etnico-cultural-racial-de genero-orientación sexual determinada", y eso hace que muchas veces la comunicación en Estados Unidos implique usar palabras o terminos "menos ofensivos" o inocuos que solo complican más la comunicación. Ahora, ¿quien es más racista? ¿Un negro o un mexicano?

By Anonymous Anonymous, at 3:15 pm  

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